Hasta ahora la filmografía de Shawn Levy se había limitado a comedias exitosas (y alguna de acción como “Acero puro) con presupuestos holgados y resultados desiguales (de la entretenida “Noche en el museo” hasta las más mediocres “Noche loca” o “Los becarios”). Cine de evasión, con nulas pretensiones más que pasar un rato entretenido frente a la pantalla de cine o en el salón de casa. Con “Free Guy” la cosa cambia pues, no sólo, consigue su obra maestra hasta la fecha sino que consigue una obra que aúna a la perfección lo comercial con lo cinematográfico merced a un apabullante diseño visual donde los efectos especiales se mezclan de forma admirable con el buen guion de Matt Lieberman y Zak Penn.
Y eso que la historia no es del todo original pues de partida notamos un paralelismo con la estupenda «Ready player one» de Spielberg, con un universo virtual donde un inadaptado se convierte en héroe (en este caso un secundario del propio juego), unido a “El show de Truman” de Peter Weir y el “Origen” de Christopher Nolan aunque con toques de las cintas de superhéroes, de los videojuegos y de la cultura pop. Como ejemplo tenemos un impagable momento cuando en una escena clave el protagonista debe elegir armas sacando el escudo del Capitán América y contraatacando con el brazo de Hulk a ritmo de la música de «Los vengadores» para finalizar con un sable láser y la banda sonora de John Williams de «La guerra de las galaxias». Homenajes bien construidos, ensamblados en una historia que une lo mejor del cine de acción, comedia, romántico o ciencia ficción. Quizás se pida una mayor carga de profundidad en la dicotomía entre el mundo real y el falso, en la existencia del propio personaje pero “Free Guy” no es el “Solaris” de Tarkovski ni entra en las disquisiciones de “Matrix” aunque también tenga que ver con la película de las Wachowsky.
La puesta en escena de Levy es magnífica; espectacular y precisa, una gran ciudad llena de robos, tiroteos y explosiones en la onda de los GTA, juego que se menciona en algún momento, donde el cajero de un banco del mundo virtual se enamora de una jugadora, dejando de hacer para lo que fue diseñado y empezar a cobrar inteligencia propia convirtiéndose en la pieza clave para descubrir una trama de espionaje industrial en la empresa de videojuegos. Algo que suele funcionar bien lo de juntar mundos opuestos y darle un contexto romántico como hemos podido ver en unos cuantos largometrajes y series de televisión como la magnífica «Upload». Ya decimos que “Free Guy” no inventa nada pero todo está bien contado, filmado, las casi dos horas pasan en un suspiro y uno sale del cine con la sensación de haber pasado un buen rato y con una sonrisa en el rostro.
Buena parte de la culpa la tiene un Ryan Reynolds en estado de gracia, que sostiene buena parte de la trama, demostrando lo buen actor y versátil que es. La pareja conformada por Jodie Comer y Joe Keery cumplen sus roles a la perfección acompañados por un excesivo Taika Waititi en uno de esos papeles histriónicos que tan bien se le dan y que le permiten desplegar su alocada vis cómica y que hemos podido ver en las divertidas “Lo que hacemos en las sombras” o «Jojo Rabbit» aunque estas las dirigiera el neozelandés.
“Free Guy” es un espectáculo para buena parte del público donde su humor blanco y su historia de amor no creo que ofendan a nadie (lo cual en los tiempos que corren es todo un mérito) y que logra ascender unos cuantos peldaños en el imaginario escalafón cinematográfico a un Shawn Levy y una 20th Century Fox que ha arriesgado con una película de alto presupuesto pero que no se limita a tener de protagonista a los efectos visuales sino incluirlos en la trama y en un guion trabajado e interesante. Deseamos a la producciñon la mejor de las suertes.
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