Esperado desenlace de la nueva cinta de Los Vengadores que como recordamos de «Infinity war» dejaba a Thanos satisfecho y descansado tras la masacre en la Tierra, al acabar con la mitad de la población humana. Un villano que actuaba con una motivación loable (que los supervivientes mejorasen sus condiciones de vida) y que por lo tanto se convertía en una representación del tirano iluminado, que por norma general actúa pensando en el bien común. De hecho, esa despoblación tiene efectos positivos pues en un momento dado el capitán América le dice a Viuda Negra que gracias a la descontaminación en los ríos se han visto ballenas por el Hudson neoyorkino. Una cosa similar narra «El cuento de la criada», sugiriendo las mejoras en el clima por las medidas ecológicas de Gideal.
Y ¡nada menos! que tres horas han utilizado para este gran final pero que nadie se asuste por tan extrema duración pues estas pasan en un «suspiro» consiguiendo un ritmo perfecto para este tipò de producciones combinando acción desenfrenada y un estudio de personajes admirable pues pensamos que es la cinta de Marvel con más profundidad en este campo pues unos cuantos tienen unas motivaciones y sufrimientos bien descritos en el guion: un Iron Man que se debate entre la seguridad y su rasgo heróico, una Viuda Negra marcada por la nostalgia, un Ojo de Halcón movido por la venganza o Thor sumido en una depresión y crisis interior, entre otros como Hulk, Rocket, Nébula o el
peor descrito, el capitán América que su intento de cambiar de vida no queda demasiado bien explicado, lo cual resulta sorprendente pues los Hermanos Russo saltarón al «estrellato» con las primeras aventuras de Chris Evans. Aun así, el «libreto» de Christopher Markus y Stephen Mc Feely funciona como un «metrónomo» para una superproducción. Puro espectáculo con errores de coherencia interna que disculpamos en aras de la diversión, el escapismo y el entretenimiento pero en una historia bien hilada y donde no todo es acción y efectos especiales, por otro lado magníficos (tanto los visuales como los de sonido), realzando la condición heróica de cada uno de los vengadores, pudiendo decir que el apabullante número de efectos están supeditados a la trama.
Y al frente, Anthony y Joe Russo que apuntaban en la buena dirección en «Infinity war» y que aquí confirman sus expectativas, pues ambos resultaban insufribles en las varias que hicieron con el Capitán América, con batallas donde era imposible saber quien atacaba a quien, por la ínfima duración de los planos. En «Endgame», salvo partes de la batalla final donde es complicado reconocer a agredidos y agresores, el resto tiene una dirección modélica con la idea clara de otorgarle tono de epopeya y sentimiento épico, recordando el inicio de esa guerra final a otro canto al heroísmo como es «El señor de los anillos», pero es que además hay que sumar un sentido trágico con la muerte de algunos protagonistas.
Y todo aderezado con la banda sonora de Alan Silvestri, con pequeños pasajes de los temas centrales del resto de personajes cuya música no ha sido compuesta por el autor de «Regreso al futuro» y unas interpretaciones que empiezan a convertirse en parte del acervo popular, destacando Robert Downey Jr., unos transformados Mark Ruffalo y Chris Hemsworth, Jeremy Renner, Karen Gillan, Josh Brolin, Paul Ruud o Scarlett Johansson y en menor medida Chris Evans y Brie Larson, encargados de sostener la narración hasta la explosión final donde predomina la máxima de «la unión hace la fuerza» e incluso se permite un guiño feminista, tan politícamente correcto en estos tiempos. Con todos estos mimbres es difícil no pasar un buen rato junto a unos desconocidos en la oscuridad de una sala de cine. En nuestro caso eran más desconocidos, al verla en su versión original subtitulada y vivir cerca de una base militar estadounidense, pocos españoles poblábamos sus butacas y el idioma mayoritario era el inglés. Cosas que solo suceden bajo la magia de una proyección en un cine, nunca en una casa.
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