Mucha gente no procesa
por sí misma la realidad, bien porque
asumen sin cuestionar, o les es
más cómodo que alguien
con la engañosa labor de cuidador social,
la procese para ellos.
Los ojos de la mirada interna
son de uno mismo. Y es nuestra voz
la que debería nombrar lo que ve.
Nadie más que nosotros sabe
qué pasa dentro con exactitud.
Si alguien te dice desde fuera
cuál es tu situación, cómo son
las cosas, no le rebatas y presta
atención. Aprende a interpretar el viento.





















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