El paso de Rodrigo Sorogoyen a la televisión se ha saldado con un notable alto. Lo que hace grande a Antidisturbios es su notable capacidad para conectar con la indignación del espectador. Antidisturbios no es una lección de historia aunque sí apela a la conciencia colectiva de un país indignado pero incapaz de actuar.
The Mandalorian (Disney+)
Sus dos temporadas me han parecido sensacionales: divertidas, respetuosas con el material original (algo que no pueden decir algunos episodios fílmicos recientes) y de una duración ideal. No solamente es fiel a lo conocido sino que es capaz de crear nuevos personajes de lo más entrañable, sí, estoy hablando del adorable Baby Yoda/Grogu. The mandalorian es un western ambientado en el universo Star Wars que bebe incluso del manga japonés Lone Wolf & Cube (lo del renegado que viaja con un niño y debe aceptar encargos para ir sobreviviendo). The mandalorian está hecha por aquellos niños que crecieron con la trilogía original pero que no se han limitado a recrear sino que añaden nuevos elementos a la mitología. Si Disney quiere seguir explotando el universo Star Wars, éste es el camino. He hablado.
De la mano de HBO Aitor Gabilondo (Vivir sin permiso, Allí abajo) realiza con Patria una fiel, casi meticulosa, adaptación del gran libro homónimo de Fernando Aramburu. Lo cierto es que con Patria he llorado en casi todos los episodios. No olvidemos el pasado para no repetirlo.
Veneno (Atres Media)
Reconozco que soy fan incondicional de los Javis desde que descubrí Paquita Salas (otra joya). No me interesan sus apariciones en reallities ni concursos tipo Mask Singer, pero los tipos tienen mucho talento a la hora de escribir y dirigir. Su filosofía de Lo hacemos y luego ya veremos les está dando estupendos resultados. Veneno no es un biopic al uso, es un homenaje al controvertido personaje de La Veneno pero que no idealiza ni beatifica al personaje. Veneno rompe tabúes sin despeinarse y con mucho tacto. Aún me escuecen los ojos de la llorera que pillé con el último episodio.
Gámbito de Dama (Netflix)
Digan lo que digan, Gámbito de dama no va de ajedrez. Sí hay muchas escenas de ajedrez, pero de lo que realmente habla la serie es de soledad, abandono y adicciones. A pesar de su excesivo academicismo formal, me resultó muy curiosa la forma de retratar al otro lado del telón de acero. Más que como pérfidos comunistas come niños se muestra a los soviéticos como un pueblo unido contra la adversidad. Frente al individualismo capitalista, la serie parece abogar por el colaboracionismo. Inmensa Ana Taylor-Joy (The witch) en todos los sentidos.
Unorthodox (Netflix)
Unorthodox narra la huida de una joven criada en la comunidad judía jasídica. Unorthodox es una necesaria y lúcida mirada sobre los fundamentalismos religiosos. Quizás sea cierto que los extremos acaben siempre coincidiendo.
La cuarta temporada la he disfrutado de lo lindo ya que remonta magistralmente el vuelo tras el bajón de la tercera. La gran serie española que está triunfando en todo el mundo. Por algo será.
Siempre he pensado que si amas a un animal debes dejarlo en su hábitat natural y no llevártelo a miles de kilómetros para tratarlo como una mascota y/o tenerlo en una jaula. Sobre todo si puede llegar a pesar 400 kilos y puede comerte. Ya para finalizar, un dato que me dejó helado: en EEUU hay 10.000 tigres (todos en cautividad), más del doble de los que viven en libertad en su hábitat natural. Lo dicho, la estupidez y la ambición humanas no tienen límites.
Kingdom (Netflix)
Estupenda serie surcoreana que mezclaba zombies con intrigas palaciegas en la Corea medieval, todo ello rodado de manera excelente. Infectados que corren como gamos, cuarentena, aislamientos, negacionistas, actos irresponsables que desencadenan más contagios, sangre a raudales y espectaculares escenas de acción. ¿Qué más se le puede pedir a una serie de zombies? Vista durante el confinamiento, me pareció una acertada metáfora de la pandemia que nos azota.
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