Pues sí, amigos, gracias al maldito coronavirus covid-19 nos vamos a pasar una buena temporada sin salir de casa más que para trabajar y cubrir las necesidades básicas. Para hacer más llevadero este confinamiento os propongo la siempre agradable actividad de leer cómics. ¿Por dónde empezar cuando eres un completo desconocedor de este llamado noveno arte? Más allá de los clásicos infantiles como Tintín, Mortadelo y Filemón o Asterix, yo os propongo unos trabajos más adultos. Aquí os dejo una lista de cómics realmente imprescindibles por los que podéis iniciaros: 

The Dark Knight Returns (Frank Miller, 1986)

Frank Miller revolucionó el mundo del cómic en 1986 con la publicación de esta serie limitada de 4 números que presentaba el universo de Batman en un futuro. Bruce Wayne hace 10 años que se retiró como Batman pero la aparición de una peligrosa raza de mutantes ultraviolentos y el resurgir de viejos enemigos como Dos caras o el Joker le hacen volver a enfundarse el traje del hombre murciélago. Batman es ahora menos rápido y menos ágil pero suple estas carencias con la sabiduría que dan los años y una buena dosis de violencia. Miller realizó en TDKR la que quizás sea la obra definitiva sobre Batman gracias a un guión brillante y una planificación de las viñetas soberbia. Miller también modeló los orígenes del hombre murciélago con Año Uno, que narra el primer año de Bruce Wayne como Batman. Tanto Año Uno como TDKR fueron unas evidentes influencias en la saga de Nolan sobre Batman o incluso Batman Vs Superman (cuyo enfrentamiento entre ambos está calcado del cómic).

El Incal (Jodorowsky, Moebius,1981-1989)

El chileno Alejandro Jodorowsky es un tipo de lo más curioso: lo mismo te dirige películas tan impactantes como El Topo o Santa Sangre que te hace guiones para cómics que te echa las cartas del tarot. El creador de la psicomagia pasará a la historia popular muy probablemente por El Incal. Una obra fascinante que nació de la frustración de  Jodorowsky al no poder rodar finalmente su versión de Dune. Así pues, Jodorowsky plasmó buena parte de sus ideas en los 6 volúmenes que forman este gran cómic. Repleta de dobles significados y engrandecida por el trabajo de Moebius, la lectura de El Incal es toda una experiencia. Por algo es el cómic europeo más leído de la historia.

La casta de los metabarones (Jodorowsky, Juan Gimenez, 1998-2003)

La desbordante imaginación de Jodorowsky hizo que El metabarón, un guerrero que era un personaje secundario de El incal, tuviera su propia serie. Lo cierto es que disfruté mucho con la lectura de los 8 volúmenes de esta maravilla, siendo uno de mis cómics favoritos. Perfecta fusión de space opera y el bushido japonés con la desbordante imaginación de Jodorowsky. Alucinante trabajo gráfico de Juan Giménez. Posteriormente, Jodorowsky expandió este fascinante universo con Castaka y Las armas del Metabarón.

Maus: Relato de un superviviente (Art Spiegelman, 1980-1991)

Art Spiegelman ganó todos los premios a los que puede optar un cómic con esta historia en blanco y negro sobre el Holocausto. Se publicó por entregas entre 1980 y 1991 pero se recopiló como novela gráfica posteriormente. El hecho de que cada nacionalidad esté representado por animales (ratones para los judíos, gatos para los alemanes) le da un aire de fábula que no logra mitigar la amargura de lo que narra.

Watchmen (Alan Moore, Dave Gibbons, 1986-1987)

Fran Miller y Alan Moore lograron en la década de los 80 que los cómics dejasen de ser considerados únicamente para críos. Especialmente Alan Moore introdujo temáticas mucho más complejas y adultas en los cómics de super héroes. Para Moore el Estado es el enemigo tanto o más que el villano encapuchado de turno. Watchmen es su obra cumbre aunque también son de obligada lectura V de Vendetta, La liga de los hombres extraordinarios, Swamp Thing y Miracleman. Por cierto, las versiones cinematográficas de las obras de Alan Moore suelen estar muy por debajo de los originales, la adaptación de La liga de los hombres extraordinarios fue especialmente patética.

Elektra Asesina (Frank Miller, Bill Sienkiewicz, 1986)

La ironía como remedio ante la guerra fría. Frank Miller realizó un desquiciado guión sobre su personaje Elektra (la primera novia de Daredevil que años después reapareció convertida en letal asesina a sueldo) y Bill Sienkiewicz lo plasmó en una sucesión de fascinantes obras de arte que son cada una de sus viñetas. 

Lone Wolf and Cub (Kazuo Koike y Goseki Kojima, 1972-1993 )

Fascinante historia de Ogami Itto, un antiguo ejecutor del Shogun que es calumniado por un clan rival y cae en desgracia. Tras el asesinato de su mujer, Ogami rechaza realizarse el Seppuku y huye con su hijo pequeño, Daigoro. Convertido en ronin y mientras busca venganza, Ogami deberá sobrevivir como un peculiar asesino a sueldo que viaja con su hijo de 3 años. En su camino por el brutal Japón feudal vivirán múltiples aventuras siempre guiados por el código ético del bushido y siguiendo el camino del Meifumado (el camino al infierno). Los guiones de Kazuo Koike y la tinta Goseki Kojima (cuya técnica bebe directamente de la pintura tradicional japonesa) crearon este influyente manga que en Japón es toda una institución que dio origen a una serie de televisión, 6 películas y hasta un vídeo juego. Incluso la serie El mandaloriano le debe bastante a Lone Wolf. Para su edición en USA contó con los elogios y las portadas de Frank Miller y Bill Sienkiewicz.

Y: El último hombre (Brian K. Vaughan, Pia Guerra, 2002-2008)

Toda la población mundial con el cromosoma Y (vamos, la masculina) fallece en cuestión de segundos a excepción de Yorick Brown y su mono. Ello provoca el terrible dilema de la supervivencia de la raza humana. Yorick se convierte en un preciado botín codiciado por potencias extranjeras y un grupo de feministas radicales llamadas Las amazonas. De lectura ágil y muy adictiva, Y: El último hombre es toda una gozada. Se está preparando una serie de televisión. Crucemos los dedos.

Arrugas (Paco Roca, 2008)

Arrrugas es una auténtica maravilla del noveno arte que poco o nada tiene que ver con el resto de la lista. Una emotiva historia de ancianos en una residencia con la sombra de la soledad y el olvido sobrevolando su existencia. Triste, dura y necesaria. También es muy necesaria Los surcos del azar, sobre La Nueve.

Born again (Frank Miller, David Mazzucchelli, 1986)

Frank Miller se hizo cargo de Daredevil cuando el personaje estaba en horas bajas a finales de los años 70 y estaba cercano a la cancelación. Tal hecho le dio total libertad a Miller para expandir las temáticas y los límites de los guiones clásicos de super héroes. Sirva un ejemplo: Karen Page, la eterna novia de Daredevil que se fue a Hollywood en busca de una oportunidad como actriz, acaba prostituyéndose y vendiendo la identidad secreta de Daredevil por una dosis de droga. Hecho que desencadenará la destrucción física y emocional del enmascarado de La cocina del Infierno cuando su archienemigo Kingpin se haga con dicha información. El Daredevil de Miller es una auténtica maravilla narrativa con un soberbio ritmo heredado del séptimo arte. Por no hablar de la creación de Elektra o el desarrollo del personaje de Ben Urich o villanos como Bullseye o Kingpin que nunca han resultado tan amenazadores. En Born again Miller decidió destruir por completo a su protagonista llevándole literalmente al fondo para obligarle a resurgir de sus cenizas.

The Sandman (Neil Gaiman, 1989-1996)

 Neil Gaiman empezó a escribir guiones tras  entrevistar a Alan Moore. Gaiman plasmó en The Sandman todo lo que sabía sobre mitología. The Sandman es uno de los siete Eternos, siete hermanos cuyo nombre en inglés empieza por D y son la personificación de conceptos como Muerte, Sueño, Destino, Deseo o Delirio. Explicar más de qué va The Sandman sería inútil, hay que leerlo y disfrutarlo. Eso sí, en mi opinión, el único punto negativo de The Sandman es el dibujo, ni Kelley Jones ni Jill Thompson son santos de mi devoción. Se dice que Gaiman está trabajando para convertir a The Sandman en una serie de televisión (recemos para que sea mejor que American gods).

From Hell (Alan Moore, Eddie Campbell, 1989)

Líneas y líneas, miles, millones de líneas en cientos de horas de trabajo le costó al dibujante Eddie Campbell narrar en blanco y negro esta historia sobre Jack El destripador. Como buen amante de la época victoriana, Alan Moore ejecuta una mordaz disección de la sociedad y la moral de la época. From Hell es un complejo rompecabezas en el que Moore vertió buena parte de sus obsesiones: desigualdades sociales, sectas y el aparato del estado que intenta tapar sus miserias. Vale, la teoría de Moore sobre los asesinatos de Jack El destripador no es novedosa pero la forma de narrarla es simplemente fascinante. Tuvo una patética adaptación cinematográfica que nada tiene que ver.

I kill giants (Joe Kelly, Ken Niimura, 2008)

El único cómic con el que he llorado a moco tendido. El escritor Joe Kelly desarrolló una historia sobre una niña que se evada de la realidad sumergiéndose en un mundo de fantasía en el que se dedica a matar malignos gigantes. Así, de primeras, no parece gran cosa, pero acaba atrapando y estrujándote el corazón sin remedio. Gran trabajo del artista madrileño Ken Niimura. Guarda ciertas similitudes con Un monstruo viene a verme pero I kill Giants se publicó primero. Tuvo una decepcionante versión cinematográfica.

Black Kiss (Howard Chaykin, 1988).

Howard Chaykin escribió y dibujó esta singular serie de 12 números con un alto contenido sexual. No estamos ante un cómic para menores de 18 años sino ante una negra historia de políticos corruptos, mafiosos, matones de poca monta, obispos, pornografía, sectas y antiguas divas del cine que se conservan sorprendentemente bien. Todo ello sazonado con la mordaz y pesimista visión del sistema político norteamericano. Muy recomendable. 20 años después tuvo una segunda parte que, sin estar mal, no igualaba al original. También de Chaykin es muy recomendable la sátira política de American Flagg.

Predicador (Garth Ennis, Steve Dillon, 1995-2000)

El macarra irlandés Garth Ennis y el dibujante inglés Steve Dillon (con portadas de Glenn Fabry) se marcaron esta absoluta locura cuya lectura es casi obligada (como todo lo de esta lista, vamos). El predicador tejano Jesse Custer es poseído en pleno sermón por un ente nacido de la unión de un demonio y un ángel llamado Génesis. Dotado del poder sobrenatural de ser obedecido por cualquiera que oiga sus deseos, Custer va en busca de Dios para pedirle cuentas. Ángeles, demonios, vampiros y organizaciones secretas se mezclan en estos 66 números sin desperdicio y repletos de mala leche. Personajes como El santo de los asesinos, el vampiro irlandés Cassidy o Caraculo son simplemente inolvidables. La serie televisiva no estuvo a la altura ni de lejos, la verdad. Otra adaptación de un cómic de Ennis, The boys, estuvo bastante mejor.

Lo que más me gusta son los monstruos (Emil Ferris, 2018)

Emil Ferris superó todo tipo de adversidades hasta publicar este brillante y bizarro trabajo cuya segunda parte espero como agua de Mayo. 

Arkham Asylum: un lugar sensato en una tierra sensata (Grant Morrison, Dave McKean 1989)

El guionista Grant Morrison y Dave McKean nos sumergen en el mundo de pesadilla del asilo Arkham, centro psiquiátrico de Gotham en el que están encerrados buena parte de los enemigos de Batman. Dichos enemigos, liderados por el Joker, se han amotinado y reclaman que Batman entre en el asilo o matarán a los rehenes. Los oscuros pasillos del asilo albergan no pocos secretos. El asilo es casi un personaje más que un simple escenario. Las oníricas imágenes de McKean y el enrevesado guión de Grant convierten a esta novela gráfica en una obra maestra de terror psicológico. 

La broma asesina (The killing Joke, Alan Moore, Brian Bolland, 1988)

La unión de Alan Moore al guión y Brian Bolland a los lápices solamente podía dar como resultado una joya. The killing Joke narra el enésimo combate entre Batman y Joker pero contado desde la perspectiva del villano. Por primera vez, nos adentramos en la mente de Joker y a través de sus recuerdos descubrimos que una vez fue un tipo «normal«.  Moore ahonda en la idea de que tanto Batman como Joker son dos locos que se necesitan mutuamente para justificar su existencia. Joker se escapa de la cárcel, hiere gravemente a Batgirl y humilla al comisario Gordon simplemente para llamar la atención del hombre murciélago. The killing joke fue una clara inspiración para Tim Burton a la hora de plasmar su Joker en el film Batman (1989) como también lo fue para el Joker (2019) de Joaquin Phoenix.

The Walking Dead (Robert Kirkman, 2003-2019)

 Supuso en su día todo un revulsivo dentro del universo zombie y su lectura es ciertamente adictiva aunque fue perdiendo fuelle con el paso de los años. Quizás se alargó demasiado para aprovechar el éxito de la serie televisiva. Eso sí, el cómic de Kirkman es mucho más violento y cruel que la serie  y no se enreda en aburridas tramas que no llevan a ningún sitio. Lo que es innegable son las horas de diversión que el cómic nos ha proporcionado y su capacidad para crear grandes villanos como El Gobernador, Negan o Alpha.

by: Luis Cifer

by: Luis Cifer

Luis Cifer, nació en la ciudad del cierzo. Se dice que siempre viste negro, que Luis no es su nombre real y que duerme en la calle. Otros dicen que tiene un trabajo, que no bebe alcohol e incluso que es padre de familia, pero no hay nada confirmado. También se le puede encontrar en su blog de cine.

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