Si «Resilencia» significaba un grito al mundo de que Benito Kamelas a pesar del paso del tiempo y las consecuencias de este seguía más vivo que nunca ya centrado en la figura de Quini, tres años después llega esta «Justicia poética» que ha visto la luz de manos de Maldito Records hace tan solo unos días. Benito Kamelas representan en sus letras ese lado humano del rock urbano, letras que miran de frente la actualidad pero se centran sobre todo en ese toque humano que a veces percibimos tan lejano cuando realmente para sentirlo tan solo tenemos que guardar el móvil en el bolsillo y cruzar la puerta que da a la calle. «Justicia poética» es puro Rock and Roll acelerado con la particular y propia manera de Quini de cantar, esa forma tan suya que rápidamente identificas con la banda que lleva tan pegada a sí como su propia piel.
«Mi playa azul» sabe a confesión personal, a declaración de amor a una forma de vida, a corte de mangas sonoro a todos aquellos capaces de creerse con derecho a dar consejos y mirar por encima del hombro. La canción que da nombre al disco atrae sobre sí misma rabia y pena, declarando principios, con unas guitarras que galopan. Recomendable el videoclip en el que nos muestran cómo golpeó la dana a su tierra hace nada y menos. «Anarquía muscular» presume de melodías gracias a las guitarras y en las líneas vocales me recuerda mucho a ese rock de barrio y bodega de los mejores Porretas. «Como el cristal» juega muy bien con el puente hacia el estribillo que es de esos que se te pega a la primera y terminas coreando a la mínima oportunidad.
«Teruel» es rápida, pegadiza, de ritmo acelerado y recuerdos festivos. Un canto a la amistad, a los buenos momentos, a la memoria, a vivir. «Sua» representa el capítulo más del carácter íntimo y lírico de «Justicia poética», toda una oda a ello»- con ese comienzo a lento que rápidamente explota en una demostración de puro Rock and Roll perfectamente conjugado. Se endurecen musicalmente en «Bullying» con un riff agresivo de carácter casi metálico para denunciar un problema tan acuciante como desgraciadamente actual, el acoso escolar. «A oscuras» es un cañonazo de guitarras muy hard rockeras que hacen diabluras entre la historia de amor que nos cuenta Quini. «Pedro Merengue» es la particular visión de balada de Benito Kamelas, al menos al principio pero luego se acelera, mostrando la faceta más punk de los de Valencia, reivindicando esa manera callejera de vivir de esos personajes de barrio que no podemos dejar que se pierdan.
Lo de «Vida loca», versión de aquella canción que popularizó Francisco Céspedes no deja de ser una anécdota como cualquier versión que se cuela en un disco y que me parece muy acertado dejarla para el final. «Justicia poética» es muy buen disco, historias de vida, de calle, de gente con gente a ritmo de Rock and Roll. Quini es de esos tipos que nos hace mucha falta.





















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