Seguimos con documentales sobre personajes más que interesantes. Paul Williams fue unos de los más galardonados compositores de los años 70 y toda una celebridad de la época. Actor, cantante y compositor, ganó un Oscar, varios globos de oro y compuso canciones para The Carpenters, David Bowie, Barbra Streisand, Cher o Los teleñecos (¿?). Sin embargo, su figura cayó en el olvido en las décadas siguientes e incluso muchos piensan que ha fallecido.
Reconozco que soy imparcial, soy fan de Paul Williams desde que con 9 años vi esa maravilla alucinógena de Brian DePalma llamada El fantasma del paraíso. El diminuto Williams no sólo interpretaba al repulsivo villano de la función sino que era el compositor de las geniales canciones de la banda sonora. Luego, como le ocurrió al director de este documental, le perdí la pista. De pura casualidad me encontré con este documental y decidí que bien merecía un visionado.
El personaje de Paul Williams y su obra son más que atractivos como para hacer un documental de lo más entretenido. Lamentablemente, parece que el estilo de Michael Moore ha creado escuela y nos vemos invadidos por documentales en los que el entrevistador o la gestación del documental son parte fundamental del mismo. El visionado del documental pasa de lo apasionante de algunos aspectos de la vida de Williams a lo anodino por el empeño del director Stephen Kessler en mostrar su acercamiento al personaje. No nos engañemos, el presente de Williams es mucho menos apasionante y glamuroso que su pasado. Sinceramente, me importa un bledo si a Kessler le costó convencer a Williams para hacer el documental o si hubo tensión entre ellos dos al principio. Encuentro irritante tanto protagonismo del director. Al final el documental va de un fan que consigue acercarse a su ídolo de la infancia, logra convencerlo para hacer un documental sobre su figura y acaban siendo amigos. Al menos, por el camino, el espectador descubrirá a un excelente artista.
Se nota que el documental se ha hecho desde el respeto y la admiración de un tipo que decide rendir homenaje a uno de sus ídolos. Sin embargo, algunos pasajes se podrían haber suprimido. No aporta demasiado saber cuánto le van a pagar por una gira por Filipinas o ver a Williams en galas paupérrimas en hoteles de mala muerte ni ver a su ex mujer sacando de quicio a los músicos mientras ensayan. Yo hubiera preferido más imágenes de archivo (ya sabes, el loco mundo de la fama y los excesos) o saber más cosas de una de mis películas favoritas.
Resumiendo, Paul Williams still alive nos dejan un sabor agridulce. Paul Williams se merecía algo mejor.
P.D.: Tras la realización del documental la figura de Williams ha sido reivindicada siendo elegido presidente de la ASCAP (algo así como la SGAE norteamericana) y fue llamado para colaborar en el último y exitoso LP del dúo de techno francés Daft punk.
…ES UN GENIO, TODAVIA SIGUE VIVO A SUS 78 AÑOS Y SE CONSERVA BIEN, PARECE QUE TIENE LA FUENTE DE LA ETERNA JUVENTUD !!!…