Coralie Fargeat despuntó con su “opera prima” «Revenge», una cinta de “violación y venganza” que ofrecía algunas novedades por su mensaje feminista y buenas dosis de hemoglobina en la línea de los largometrajes del “nuevo extremismo francés”.
Una constante que sigue manteniendo en esta “La sustancia”, ganadora de guion en la edición pasada del Festival de Cannes entroncando directamente con la Palma de Oro de «Titane» de Julia Ducournau, ambas bebiendo de la inspiración de David Cronenberg y su idea de la “nueva carne”. No es la única rama autoral que vemos pues en sus casi dos horas de metraje hay varias pues aparece Hitchcock (en algún momento del climax suena el tema principal de “Vertigo” de Bernard Herrmann), los largos pasillos de Kubrick o algunos movimientos de cámara, fundidos a negro y los desnudos de sus protagonistas podrían recordar al «Under the skin» de Jonathan Glazer. Además toda su primera parte es similar al “Plan diabólico” de John Frankenheimer.
Aunque como se puede observar, Fargeat bebe de diferentes fuentes pero aun así consigue un producto interesante y donde el interés es generado desde un guion, escrito por la propia realizadora, que nos habla de lo pernicioso del mundo moderno donde el estatus de belleza y juventud es casi inalcanzable y donde la mujer cuando cumple cierta edad es relegada por otra persona más joven. Y todo encarnado por una Demi Moore, en un rol arriesgado hasta el límite, y Margaret Qualley en su papel más brillante hasta la fecha, acompañados por un histriónico Dennis Quaid que refleja hasta el paroxismo a esos ejecutivos que desplazan a cualquier fémina hasta el olvido.
Aquí tenemos a una estrella de Hollywood que como Jane Fonda cambia el oropel fílmico por un programa de fitness que es sustituida en la cadena por cumplir cierta edad. Abatida y humillada entra en un extraño experimento donde desdoblará su cuerpo con una versión más joven de ella misma, con la única condición de alternar el cuerpo cada semana una. Los celos entre ambas versiones comenzarán un descalabro así misma.
Uniendo la ciencia ficción, con toques de drama, erotismo, comedia y terror Fargeat consigue un producto eficaz, rodado con criterio y con una puesta en escena que genera interés. Quizás no original pues hemos comentado líneas más arriba algunas de las inspiraciones que utiliza la directora francesa pero sí sugerente en suma, con unos actos bien delimitados y una denuncia entre su alambicado entramado de diálogos, personajes y situaciones extremas. Un filme no recomendable para todos los públicos pero sí para una gran minoría.
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