45 años después de que los hermanísimos McDonald comenzasen dando sus primeros guitarrazos con 15 (Jeff) y 11 (Steve) años, los californianos de Hawthorne siguen igual de incombustibles e iluminados por las musas. Discos míticos como Third Eye, Phaseshifter o Show World se convirtieron en Obras Maestras para un servidor a mitad de los 90’s y, aunque la banda se ha proliferado poco a nivel discográfico (en los 00’s estuvieron en el limbo y en los 10’s tan solo sacaron dos discos), siempre los he tenido muy presentes y he pasado por épocas obsesivas escuchando su citada trilogía 90’s.
Es hora de avanzar unas cuantas décadas hacia delante y ponerte al día sobre la última obra de mis idolatrados REDD KROSS…
Y bien, ni más ni menos que 18 temas son los que componen el disco homónimo y rojísimo de los McDonald. ‘¿18?’, diréis muchos de vosotros, ‘¡qué coñazo!’, diréis casi todos… ¡¡¡Pero no!!!, todo lo contrario, el disco se pasa en un suspiro y tiene de todo y para todo, es decir, el toque kitsch sesentero, el impulso punk rocker, el ramalazo ‘beatle’ y, como no, ese dominio absoluto del powerpop glam del que siempre han hecho gala.
Me gusta todo de Redd Kross, pero su anterior obra, Beyond The Door (2019), no me acabó de convencer del todo. Todos los ingredientes estaban ahí, no cambiaron ni un ápice su estilo, pero no sé, no estaban tan inspirados como sí están en el disco que hoy nos ocupa… ¡¡¡Y vuelvo a repetir que son 18 temazos!!!
Comenzando por ese comienzo luminoso y en acústico, muy pronto te van a explotar en los morros los guitarrazos del inicial «Candy Coloured Catastrophe», en esa línea trallera y enérgica te lo gozarás con «Stunt Queen», «Cancion Enojada» o el rabioso crescendo en intensidad de «Simple Magic». El garage sesentero, la psicodelia y el glam tienen también sus momentos mágicos en los beatlemaníacos «The Main Attraction», «Good Times Propaganda Band» o «What’s In It For You» con unas armonías vocales que no son de este jodido mundo y el Sgt. Peppers pululando en todo momento…
Pero la fiesta no para, cortes como «Good To Be True» y ese final guiñándole el ojo en «Born Innocent» a su mítico disco con el mismo nombre, te demuestran lo vivita y coleando que está todavía la marca McDonald. Para acabar, me mola muchísimo también el espacio vocal que tiene Steve en todo el disco y tracks como el garagero y de aristas punk «Way Too Happy» y la ácida psicodelia que desprende «Lay Down and Die» demuestran el peso que el hermanísimo tiene en la banda.
En conclusión, un disco glorioso, vibrante, luminoso hasta decir basta y con muchísimos matices para disfrutar una y otra vez… Y es que así espero hacerlo dentro de dos semanas, cuando vuelva a tener la oportunidad de verlos de nuevo encima de un escenario en el marco del glorioso cartel del FUNTASTIC DRACULA CARNIVAL de Benidorm. Aquí mismo os dejo el cartel…
Sí, todos ‘nacemos inocentes’, pero… la vida… las hostias de la vida…
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