Tras las 11 nominaciones a los Oscar de Hollywood vuelve a las salas de cine Todo a la vez en todas
partes. Para que luego digan que los Oscars no tienen ya relevancia. Claro que la tienen, de hecho, han
logrado que un singular film que pasó por las salas con más pena que gloria y parecía destinado a la
dudosa categoría de “película de culto” se haya reestrenado en cines a pesar de estar ya en plataformas. Lo cierto que Todo a la vez en todas partes me ha gustado. Es un film original y distinto a casi todo lo que hayas visto. No olvidemos que la anterior película de sus autores, los Daniels (Dan Kwan y Daniel Scheiner), versaba sobre Paul Dano en una isla desierta intentando sobrevivir usando el flatulento cadáver de Daniel Radcliffe a modo de navaja suiza. Vamos, todo un film de culto por méritos propios. Swiss army man se llamaba aquella locura, por si tenéis bemoles.
Al menos, la segunda película de los Daniels va a tener mejor suerte comercial. Todo a la vez en todas partes es un carrusel que una vez que arranca resulta imparable. Puede que las 11 nominaciones sean excesivas, tan excesiva como la propia película, aunque el otro adjetivo que se me viene a la cabeza es extenuante. Su ritmo es tan vertiginoso que la acción no decae en ningún momento. A pesar de que el tedio está a punto de aparecer en más de un momento… tal cosa no ocurre. Lo que quizás sí aparezca sea la sensación de vértigo o hastío de algún espectador ante la apabullante vorágine visual que propone Todo a la vez en todas partes.
Cierto que hay peleas de artes marciales y chistes visuales poco habituales (los premios) pero todo está
narrado de forma tan paradójicamente caótica y ordenada a la vez… que este pequeño maratón en forma de película se pasa en un suspiro. También debo reconocer que a pesar de su montaje endemoniado acaba siendo un film bastante convencional en cuanto a su mensaje: la familia es lo primero. Algo que Disney lleva explotando 80 años y creo que siempre resultará bien en pantalla. No voy a destripar la trama, cuanto menos sepas de qué va el film más lo vas a disfrutar. Sí puedo apuntar que me gustó que la protagonista sea una mujer sexagenaria inmigrante china y ese continuo choque de culturas. El film juega con los tópicos y te los devuelve transformados en algo totalmente distinto. Lo de las diferentes realidades da mucho juego. Debo mencionar el trabajo de Michelle Yeoh, una irreconocible Jamie Lee Curtis y Ke Huy Quan (el inolvidable Tapón de Indiana Jones y el templo maldito o Los Goonies). Concretamente, Jamie Lee Curtis roba todas y cada una de las escenas en las que aparece.
¿Recomiendo ver Todo a la vez en todas partes? Pues sí, no será plato de gusto para los espectadores acostumbrados a historias más convencionales pero al menos sus creadores han usado el cerebro bastante más que en Avatar 2.
0 comentarios