Fieles a su manera de entender el hard rock, sin renuncia nunca a los elementos más melódicos ni tampoco a aquellos que pudiesen hacer su sonido actual, para no repetir al pie de la letra fórmulas pasadas, Gotthard se presentan este 2025, cinco años después de su anterior lanzamiento, con «Stereo Crush» en el que siguen insistiendo en sonar actuales pero al que además esta vez han insuflado más potencia, consiguiendo que el disco mantenga ese poso de fuerza añadida que eleva el tono de las canciones. Un ejemplo claro es «Rusty Rose», una canción que me recuerda a ciertas etapas por ejemplo de los canadienses Harem Scarem cuando coqueteaban con tesituras más propias del hard «moderno» en detrimento de fórmulas más apropiadas para el A.O.R. por mucho que la inicial «Thunder & Lightning» trate de tender puentes hacia décadas pasadas -y doradas- del hard melódico.
Por supuesto que hay sitio y lugar para presumir de melodías, como es el caso del medio tiempo «Burning bridges» pero que a pesar de ello, si escuchas esa base rítmica así como la guitarra, te das cuenta que la fuerza que desprende «Stereo Crush» es algo propio. Si la versión de «Drive my car» no deja de ser anecdótica, nos da paso a «Boom boom», quizás un poco artificial en la que se quedan un poco en tierra de nadie. «Life» es la balada que no debe faltar en cualquier disco de hard rock melódico que se precie de ello, protagonismo vocal, ambientación orquestal como atmósfera y un estribillo que pone colofón. «Liverpool» es una canción que va a sacar la sonrisa a cualquier fan clásico de Gotthard, mostrando su faceta más clásica con ese teclado que es puro a.o.r. de los 80.
«Shake, shake» nos devuelve al sonido actual que pretende adoptar la banda, mucho más cruda, con una muy buena melodía vocal y esos ecos que devuelven a la vez recuerdos añejos. Mucho más hard rock es «Devil in the moonlight», festiva, directa, a la que un estribillo un poco más grandilocuente le hubiese venido más que bien. Cierran el disco otro tema de guitarras gruesas como es «Dig a Little deeper» que alterna su fuerza con un tratamiento muy melódico de la voz y «These are the days» balada armada de acústica donde Gotthard y su vocalista Nic Maeder se luce manejándola con maestría. «Stereo Crush» es un disco que entra a la primera, que muestra que Gotthard vuelven a estar más centrados, pero que le ha tocado luchar con un año, que en estos primeros cuatro meses ya nos ha legado un buen puñado de discos de hard rock a un nivel bastante alto.
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