La cuarta fase del Universo Cinematográfico Marvel (de ahora en adelante MCU) ha llegado definitivamente a Disney+. Tras series para Netflix como Daredevil o Jessica Jones, Disney/Marvel estrena Bruja Escarlata y Visión. Ya no estamos ante una serie standard que se limita a plasmar de forma más o menos fiel l as aventuras narradas durante décadas en los cómics de Marvel, sino que ahora estamos ante un experimento que ha cogido a los espectadores con el pie cambiado. Quienes esperaran batallas y explosiones en las aventuras de la pareja más entrañable MCU se han llevado una auténtica sorpresa. No siempre agradable.
Disney/Marvel ha sido muy inteligente y se ha salido por la tangente, algo que siempre es digno de aplauso. Primeramente, llama la atención que cada episodio de Wandivion recrea una sitcom de una década concreta. La acción pasa del blanco y negro y formato 4:3 y de los años 50 hasta las comedias actuales. Cada episodio se encuadra en una década, todo un homenaje a la televisión de épocas pasadas y , para qué vamos a negarlo, un ataque de nostalgia en toda regla. En los 2 primeros episodios más que ante una serie de acción moderna sobre super héroes, estamos ante una comedia de los años 60. El matrimonio aparentemente feliz formado por Wanda y Visión intenta encajar en el típico vecindario americano. Hay risas enlatadas, vecinos chismosos, enredos y chistes sobre comunistas. Más parece un episodio de Embrujadas, The Twilight Zone o el film Pleasantville que Los Vengadores. Cabe destacar que la vida cotidiana de la familia Visión ya la plasmó magistralmente el guionista Tom King en el cómic Visión en el que se inspira libremente la serie que nos ocupa.
Tras los dos desconcertantes episodios iniciales, la serie tiene su encanto y no le falta valor. Técnicamente es impecable y no puedo más que alabar el trabajo actoral de Elizabeth Olsen y Paul Bettany (que no son santos de mi devoción precisamente). Pero nada encaja con lo narrado en las películas de los Vengadores. Es todo tan retro y tan perfecto, tan naif que una sensación de irrealidad se apodera del conjunto. Tanta perfección no es posible. ¿No murió Visión al serle arrancada la gema de su frente? ¿Por qué hemos retrocedido varias décadas? ¿Por qué no recuerdan su boda? ¿No estará Wanda dentro de una ilusión al más puro estilo El show de Truman? Era pronto todavía pero ya hemos asistido a elementos disonantes que nos avisan que la idílica situación no puede durar mucho. Algo maligno e imperceptible subyace bajo la superficie de perfecta armonía familiar. Por cierto, ¿dónde están los villanos de Marvel? Es ahí donde Wandavision ha sido tremendamente valiente y original, entregando un producto que ha dejado descolocado a propios y extraños. Por cierto, mi hijo pilló Bruja Escarlata y Visión con muchas ganas pero se durmió al poco rato. Supongo que esperaba otro The Mandalorian. Y no.
Pero es a partir del tercer episodio cuando la cosa se acelera para llegar en el cuarto al meollo del asunto. Toda una pirueta (no será la última) que había sido precedida por los elementos discordantes antes citados. Es entonces cuando la serie se eleva todavía más y nos damos cuenta que hemos estado viendo una actualización del mito de la caverna de Platón. No es nada nuevo, cierto, ya lo hicieron l@s herman@s Wachosky en Matrix. Pero es un giro que ha pillado a muchos con el pie cambiado. Es más, la cosa toma un cariz de tragedia griega que puede acabar como el rosario de la aurora, aunque tamizado por el tamiz de Disney. Una Disney que amaga con hacer una serie para adultos bajo la apariencia de una inofensiva sitcom que va saltando de década cada episodio. Eso sí, a pesar de que las piezas del tablero han quedado al descubierto, Wandavision sigue siendo muy adictiva y sus homenajes y referencias la hacen muy disfrutable. Qué demonios esos disfraces de Halloween son simplemente geniales. Lo mismo se puede decir de la resurrección de cierto personaje y algún otro guiño más. Solo puedo calificar de positivo el desarrollo del personaje de Mónica Rambeau (que ya aparecía de niña en Capitana Marvel). No la perdáis de vista.
La aparente radicalidad de la propuesta de Bruja Escarlata y Visión me recordó a la excelente Watchmen de hace un par de años, así de compleja es su trama en su aparente sencillez. No llega al nivel de perplejidad que me produjo David Lynch y su inclasificable tercera temporada de Twin Peaks pero Bruja Escarlata y Visión no le andará a la zaga. Los que hemos leído los cómics sabemos que nos quedan muchas sorpresas y rezo para que los de Disney+ sean lo suficientemente valientes como para plasmarlas. Y hasta aquí puedo escribir.
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