Tercer larga duración de Lódz, cuarteto francés que transita entre el doom y el atmospheric metal, con toques de post- rock o post-metal. Su título es “Moons and hideways”, mezclando con sabiduría lo melódico y lo oscuro o como en la novela de Kawabata “lo bello y lo triste”.

Un grupo que ha sufrido modificaciones entre sus componentes, conformando Lódz para este Lp su vocalista y guitarra Eric Fiorletta, la guitarra principal de Olivier Girard, el bajo de Julien Mailland y la batería de Eric Holstein. De hecho, este último es el protagonista del inicio del primer tema “Pyramids” pues el golpe a la caja y el bombo es lo que más destaca en el primer minuto. Por fortuna, ese exceso sólo lo vamos a ver reflejado en estos compases iniciales pues las guitarras toman el control pronto con una interesante melodía ambiental, con varios cambios. Un instrumental que deja paso al primer sencillo “You’ll become a memory” donde también se comienza con un pasaje oscuro en “diminuendo” hasta entrar la voz en modo reposado en el primer minuto. Un medio tiempo que pasa en el estribillo a ritmo más acelerado y voz gutural.

Paisajes nocturnos, frío y depresión son las constantes del álbum, en la línea de bandas nórdicas tipo Katatonia o Cult of Luna aunque jueguen, incluso, con el “avant garde” en los primeros compases de “Chimeras” aunque pronto vuelve a la estructura de cambios de ritmo del medio tiempo relajado a subidas en puente y estribillo. Los toques doom se amplifican con los sintetizadores ambientales en temas como “Ghost of confusión” manteniendo la línea antes descrita aunque hay que reconocer que el melódico estribillo mejora una melodía que por otro lado no es en absoluta mala, con ciertos toques de atmospheric black metal donde no falta algunos pasajes con voz gutural.

Atmósferas negativas y pesimistas, en temas largos y cadenciosos donde lo habitual es superar los cinco o seis minutos como sucede con “Play dead”, mismo esquema que el resto del “Moons and hideways”, lo cual tampoco es una mal señal pues este estilo musical se basa en la repetición, la cadencia similar y la reflexión mediante jugar con el tempo. Los galos Lódz cuentan a su favor el ser más melódicos que otras formaciones del mismo tenor, tanto en la parte instrumental como con las voces pues Fiorletta aprovecha más el lucimiento con la “voz limpia” que con la gutural. Cosa que se puede observar en el segundo adelanto del “Moons and hideways” como es “Fast rewind”, que nos recuerda a esa tristeza que hemos disfrutado en vinilo o en directo de Katatonia.

“Sorry for september” sirve como de transición hacia la parte final donde en casi siete minutos de duración nos sirven “en bandeja” la melancolía que refleja todo el trabajo, con su más de un minuto de prólogo hasta que Fiorletta entra con su negativa y melancólica voz, donde suena de lo más acertada en una melodía donde los cambios de ritmo son más leves, distorsionando las guitarras desde el puente hasta el estribillo, dejándonos uno de esos punteos sombríos con pocas notas tan propios del “doom” que finaliza con unos guturales desesperados, dejando paso al tercer single “This mistake again” que, de nuevo, nos lleva a los territorios explorados por grupos afines como Katatonia o los islandeses Solstafir, dejando el final con “We’ll have to” que mantiene el mismo tono sombrío y similar tono y estructura que hemos disfrutado en todo el “Moons and hideways”, banda que a buen seguro debe funcionar bien en la oscuridad de una sala de pequeño o medio formato.

Lódz – «Moons and hideways»

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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