Tras el buen sabor de boca que dejó Wandavision, pillé con muchas ganas esta Falcon and Winter soldier. Vale que los personajes no son tan carismáticos como La bruja escarlata y Visión, lo admito. Incluso podríamos decir sin temor a equivocarnos que tanto Winter Soldier como Falcon son personajes secundarios de universo cinematográfico Marvel. Eso sí, nunca es tarde para centrarse en una pareja de superhéroes formada por un disminuido físico y un afroamericano. Falcon and Winter soldier no se limita a ser una serie de puro entretenimiento. Lamentablemente, cuando se pone seria con problemas sociales tan actuales como la inmigración, los refugiados y el racismo es cuando pierde algo de fuelle. No porque no sean temas interesante sino porque están mal desarrollados en la trama. Al intentar nadar entre dos aguas (el puro entretenimiento y la crítica social) Falcon and Winter soldier tiene algunos problemas de ritmo. No diré que sea aburrida, pero algunos pasajes resultan tediosos y confusos.
Tras una espectacular apertura con una impactante persecución aérea (de las mejores escenas de acción del universo Marvel) la serie toma unos derroteros un tanto imprevisibles. A la enemistad entre los dos personajes principales (que todos sabemos que acabarán siendo buenos amigos) hay que sumarle la alargada sombra de un Steve Rogers que dejó una huella indeleble como el Capitán América original. Es aquí cuando la serie da lo mejor de sí: al hablar de los símbolos. El escudo del Capitán América es un símbolo en sí mismo más que un artefacto defensivo. Ya sabemos que símbolos como las banderas suelen ser usados con intereses partidistas. Su mal uso provoca una de las escenas más impactantes del univero Marvel: la imagen del escudo machado de sangre. ¿El universo Marvel ha dejado de ser un mero entretenimiento para madurar? Sin dejar de ser un producto palomitero, este universo ha madurado mostrando en una única imagen cómo los sueños y las mejores intenciones pueden acabar en pesadillas. Como bien desarrolló Alan Moore en Watchmen, los superhéroes pueden acabar siendo marionetas del poder. Tener un gran poder no te convierte en superhéroe, ni siquiera en una buena persona.
Aquí viene otro apunte interesante: No olvidemos que Sam Wilson recibió el testigo del propio Steve Rogers en Vengadores: Endgame pero no parece estar muy seguro de ser digno heredero del legado del Capitán América. Es aquí cuando la serie trata el tema de la aceptación y de los roles dentro de la sociedad. ¿Lo que los demás esperan de nosotros nos acaba condicionando? Sin duda. Como era de esperar, Sam Wilson es el personaje más interesante, cierto que Bucky tiene sus traumas y sus demonios internos pero le falta carisma. Tampoco me convenció todo lo referente al barón Zemo. Es un gran villano que, por ahora, no ha dado muestras de su potencial. Aquí aparece convertido en tipo petulante y ridículo. Esa fuga de la cárcel me resultó bastante chapucera. Por cierto, ¿a qué viene esa innecesaria escena de acción llevando su mítica máscara? Más allá del guiño a los fans de los cómics, no aportaba nada y evidencia una grave falta de cohesión. Puro relleno con una innecesaria escena de acción metida con calzador. Otro tema mal desarrollado: todo lo de los refugiados y el grupo terrorista que lucha por sus derechos me resultó narrado de forma confusa. Aplaudo que ya nada sea tan simple en Marvel y me encanta que haya cientos de matices y tonalidades de gris, pero todo ello está aquí narrado de forma confusa.
Por lo demás, Falcon and Winter soldier es una serie irregular que se deja ver pero fracasa a intentar madurar.
0 comentarios