22 películas en 11 años, 1.600 millones de dólares invertidos y más de 4.500 millones recaudados en todo el mundo son las cifras que avalan el éxito de los Marvel Studios y su cine de súper héroes. Un éxito que culmina con Vengadores: Endgame, la película en la que acaban convergiendo todas las anteriores del universo Marvel y cuyas cifras en taquilla pueden romper todos los récords. Vengadores: Endgame ya ha sido el mejor estreno de la historia con nada menos que 1.209 millones de dólares en su primer fin de semana.
En Endgame cada personaje del universo Marvel está perfectamente integrado en la trama, teniendo su importancia y su momento de gloria. Incluso han recuperado personajes secundarios que aparecieron únicamente en una película. Todo para dar una sensación de coherencia y verosimilitud dentro del universo Marvel. Cada pieza encaja en este perfecto engranaje cósmico (si nos pasamos por alto todas las leyes de la física, claro). Para un final así de apoteósico hacían falta unos directores como los veteranos en estas lides hermanos Russo, quienes han sabido dar a esta película en tono necesario, amén de unos efectos especiales tan sobresalientes como viene siendo habitual.
Vengadores: Endgame continúa justo donde acabó Infinity War. El universo ha sufrido el ataque de Thanos, el gran villano del universo Marvel (con el permiso de Galactus y el doctor Doom), quien ha eliminado a la mitad de la población del universo con un chasquido de dedos. Un duro golpe que será muy difícil de asimilar por los supervivientes. Ya lo fue para muchos espectadores que no podían creer lo que estaban viendo al final de Infinity War: por una vez los villanos ganaban y los héroes fracasaban. Creo que fue el golpe necesario que evidenció la madurez del cine de Marvel. Tocaba avanzar, cerrar una etapa y abrir nuevas puertas.
El tono de Endgame tenía que ser necesariamente mucho más oscuro que su predecesora, sin embargo, los guionistas se sirven de esa ironía tan propia del cine de Marvel para salvar la papeleta (este Thor vale su peso en oro, nunca mejor dicho). Al igual que Infinity War, Endgame es un entretenimiento perfecto de principio a fin para toda la familia. Sus 3 horas se pasan en un suspiro mientras vemos a nuestros héroes favoritos intentando salvar una vez más al universo. Ya he dicho que todos tienen sus líneas de guión aunque alguno chupe más cámara que otro. Los secundarios aportan el carisma y el humor necesarios (para eso están los secundarios) mientras los conflictos entre personajes se van desarrollando. En especial me reí mucho con el citado Thor en uno de esos toques de ironía que hacen muy disfrutable el cine Marvel. Sobra decir que Endgame está llena de guiños y referencias que harán las delicias de los aficionados.
Es palpable el tono de culminación, de final de viaje que domina Endgame desde su mismo título. Pero, tranquilos, no es el final de la aventuras fílmicas de los súper héroes Marvel. No voy a desvelar nada de la trama pero sí que me gustó que se hayan salido por la tangente y no hayan seguido al cómic al pie de la letra (nunca lo han hecho). La saga del Guantelete del infinito de Jim Starlin sufrió modificaciones en su traslación a la pantalla pero mantuvo su esencia gracias a ese Thanos implacable y a unos héroes desesperados por no fallar otra vez.
¿Y el final? Ya sé que ha levantado muchas ampollas pero a mí me encantó. Es casi tan demoledor para el espectador como el de Infinity War (la cosa estaba complicada de superar) y es otro paso más hacia la madurez. Ya he dicho que a mí me gustó la forma de cerrar las historias de cada uno de los superhéroes. Me agradó especialmente cómo se resuelve esa historia (¿de amor?) entre Viuda negra y Ojo de Halcón. Me gustó también cómo resuelven lo del Capitán América e Iron Man. Endgame da un justo desenlace a cada personaje.
Ahora unas cuantas preguntas que todos nos hacíamos y que voy a intentar responder sin desvelar nada de la trama: ¿Es importante el papel del Capitana Marvel? Pues sí y no, el personaje sirve perfectamente de nexo entre Infinity War y Endgame pero en esta última está siempre en un segundo plano. ¿Aparece Stan Lee? Por supuesto. El ya fallecido padre de todo este tinglado tiene un cameo tan divertido como viene siendo costumbre. ¿Hay escenas post créditos? Pues no. Endgame es el final de una era y no tenía sentido una escena que nos mostrara por donde podrían ir los tiros en un futuro. Eso sí, al final de los títulos de crédito se oye el ruido de unos golpes de metal (como una forja) que a mí me recordó al sonido de cuando Tony Stark fabricó su primera armadura en una cueva de Afganistán allá por 2008. Por cierto, la primera vez que Tony Stark vistió una armadura (en la citada cueva de Afganistán) suena el tema Iron Man de Black Sabbath, grupo del cual Stark lleva una camiseta en el primer film de los Vengadores, cuya letra dice «I am Iron Man», la misma frase que Stark pronuncia en un momento calve de Endgame. Yo lo interpreto como un elaborado guiño con el que se cierra el círculo que se inició con el primer film sobre Iron Man.
Como conclusión puedo añadir que mi familia y yo nos lo pasamos en grande y disfrutamos como niños. Al igual que el resto de la sala, vibramos, gritamos, lloramos y reímos en este perfecto artefacto de entretenimiento llamado Vengadores: Endgame.
0 comentarios