Cuando salieron Sonic Youth,  tenía unos colegas cuyo sueño más húmedo era conseguir un híbrido de lo que hacia la banda de New York, con otra de las bandas más famosas de la gran manzana, la Velvet Underground. Tras unos cuantos discos que se convirtieron en obras de culto para el underground de los 90 hispanos, la banda se disolvió y cada uno se fue por su camino. Fue tal el taladro que me dieron con los Sonic Youth que les cogí manía, esa manía estúpida y sin lógica que a veces se le coge a cosas o gente, y unos años más tarde uno acaba preguntándose por los motivos de tal decisión.

Luego tuve la suerte de charlar con el gigantón de Thurston Moore sobre una pasión que compartimos, la de coleccionar discos, y fue un tipo tan amable, delicado y culto que consiguió que volviera a interesarme por esos discos que había sacado con su ex mujer y sus antiguos colegas.

Todas estas pequeñas anécdotas me sirven para introducir mi punto de vista sobre el disco que se ha sacado el amigo Thuston. Antes de seguir, he de advertir que a los que le tachaban ya de tipo con pura pose, y de que su música no tenia nada que ver con el rock, que ni se acerquen al disco. También es mi deber comentar a los que sólo el pop almidonado y almibarado es el que suele acariciar sus tímpanos, que ni se les ocurra oír un segundo de este artefacto, ya que  podrían caer en un estado catatónico. Los que tienen algo mas de tolerancia a sonidos que van mas allá de tres notas y dos compases con un estribillo pegadizo, y que disfrutan de una buena dosis de ruidos y marasmo sónico con un grandísimo pie metido en los entresijos experimentales de la improvisación, aquí tienen con qué pasar un buen rato. Pero, para los que conocen a Moore y están acostumbrados a su amor por su explosión atómica de masa de guitarras que rugen y gruñen en un larsen infinito, se asombrarán de que el músico neoyorquino, a pesar de que varias pistas se expanden y se extienden más allá de los diez minutos, ha calmado algo su despegue hacia los astros sin rumbo y sin brújula. En otras palabras, por momentos parece mas recatado, aunque, no se engañen, de la dosis de ruidos experimentales al limite de lo soportable nadie se va a escapar. 

Se nota su pasión por el Free Jazz, por Albert Ayler, y aquel Metal Machine de Lou Redd, pero Thurston consigue que ese ruido generado por su guitarra sea por momentos, más agradable que de costumbre, menos hiriente y asesina, llegado incluso y extrañamente a ser hermosa.  El disco también esta marcado por unas letras con mucha fuerza, muchas de ellas escritas por el poeta londinense Radieux Radio, tampoco falta temas como “Cantaloupe”, que podrían perfectamente encajar en un disco de Sonic Youth.  Moore consigue en este disco lo que creo que llevaba tiempo buscando, que su White Noise” no fuera únicamente un marasmo alucinado sin control, aquí consigue dominar como nunca una piezas que se extienden de manera hipnótica con la repetición de los sonidos que tan magistralmente conseguían esa bandas alemanas de los setenta como Cluster, Neu! y/o Can.  Atrévanse con los 16 minutos de “Locomotives” que son un verdadero compendio poderoso de ruido alucinado que dejara a mas de uno con los dientes chirriando y con el tímpano sangrando, pero el que consiga dejarse llevar y domar esa fuerza imparable quedará exhausto y entrara en otra dimensión, en la que todo ese magna sonoro va surgir y disolver de manera mágica e incomprensible.

No es un disco para todos los públicos, pero podría ser la puerta para muchos hacia el noise , el free y un mundo musical donde los sonidos se convierten en texturas que interaccionan entre ellos fraguando muchas veces en metal fundido, convirtiendo a Thurston Moore en el “smelter “de las notas.

 

Nota: sin nota

Thurston Moore – By The Fire

by: Laurent Berger

by: Laurent Berger

Tsi – Na – Pah estudió Bellas Artes y más tarde cocina. Actualmente recorriendo Andalucía vendiendo y comprando viejos vinilos. Apasionado del rock progresivo y del rock americano de los setenta. Colaborador en distintas revistas musicales y tiendas de música en la época donde se vendía música de verdad.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas entradas

Últimos comentarios

  1. Buena lista!! aunque tanto Lee Marvin como Anthony Quinn son para mí de la categoría de protagonistas... Buen trabajo Edu.

  2. Que grandes todos ellos. Para mi, el más desconocido es Anthony Quayle. Una vez más, Edu, un gran trabajo.

Te puede interesar

ZALOMON GRASS – Trouble in time

ZALOMON GRASS – Trouble in time

Cantaban Ángeles del Infierno que hay canciones que recuerdan lugares, y es cierto, lugares, personas, situaciones... unas veces buenas, otras no tanto, pero persistentes de una manera u otra en la memoria, al borde de las cicatrices que surgen debajo de la piel...

Hamlet – Inmortal

Hamlet – Inmortal

La memoria desvirtúa la línea del tiempo y de los sucesos a su antojo, pero si no me traiciona, no creo recordar un periodo tan largo sin nuevas canciones de Hamlet. Casi cuatro décadas amparan ya a los madrileños. Desde su brusca evolución inicial que coincidió con...

Gotthard – Stereo Crush

Gotthard – Stereo Crush

Fieles a su manera de entender el hard rock, sin renuncia nunca a los elementos más melódicos ni tampoco a aquellos que pudiesen hacer su sonido actual, para no repetir al pie de la letra fórmulas pasadas, Gotthard se presentan este 2025, cinco años después de su...

Blu Mamuth – Ka Ora!

Blu Mamuth – Ka Ora!

Me encantaría ver este magnífico disco como banda sonora de una película de IA en la que las máquinas han arrasado con el hombre. No puedo tomar este álbum con sus canciones por separado ya que todas las canciones en sí mismas transmiten unas emociones particulares,...

Sad Eyes – V 5en5e5

Sad Eyes – V 5en5e5

Con tanta música que nos llega con esto de las plataformas digitales que nos dan acceso a muchísima música internacional, muchas veces nos perdemos un montón de grupos o proyectos nacionales muy interesantes, que si no fuera por recomendaciones de compañeros o amigos,...