Me apetecía mucho algo supercrudo y muy sucio, novedad de última hora, está claro, pero algo que apestase a ‘underground’ por los cuatro costados y mira tú por donde que no me costó encontrarlo por el seguimiento que he hecho ultimamente de una banda que muy pocos conocerán pero que merece todos los honores, sobre todo con la reciente publicación de su disco debut, os hablo de BRANDY AND THE BUTCHER con su aguerrida CxS… ¡¡¡ELISABETH HALE!!!…
Veteranos de la escena de Columbia, Carolina del Sur, dos viejos colegas como Jay Matheson y Kevin Brewer se ponen a comienzos de 2018 (tras la salida de Brewer de la Armada USA) a tontear con encendidos riffs de otra época intentando sonar lo más old school punk posible. Muy pronto reclutan a otro ex-soldado colega de Brewer, Roger Shattuck, y, lo que más interesa aquí, el fichaje estrella encarnado en una mujer a la que ya venían rondando desde hacía meses y que se ajustaba como un guante al proyecto que empezaba a despegar.
La carrera discográfica de la banda comienza a finales de 2018 con la formación engrasada en tiempo record y editando sus primeros singles y E.P.’s que demuestran la obsesión de esta banda por el garage 60’s, el proto punk de sonido Detroit y el punk del ’77 con la actitud correcta y sin artificios ni arreglos de estudio que valgan, oséase, que esto apesta a Stooges, Suzi Quatro, Cramps, Ramones, Misfits, New York Dolls, KISS, The Runaways.
Arribamos casi a la meta pues a principios de verano Elisabeth y sus secuaces sacan un E.P. de título homónimo al nombre de la banda compilando los singles que habían sacado por el momento y que servía como perfecta carta de presentación en plataformas digitales, ¡aquí conocí a la banda de verdad!.
Pero la verdadera razón para que este post y esta ‘coronación criaturil’ se materialice es la esperadísima publicación de su Opera Prima en formato LP con nuevas canciones titulada Dick Circus (2020). Tres temas había escuchado ya en el programa ‘El Behringer del Capi’ a cada cual más demoledor y chulescos a más no poder como el grandioso «Pool Party» con una urgencia action punk con coritos Misfits acoj…, el rock’n’roller con gotitas glammys de «Dick Circus» y el tema que inicia el disco, «Ballerina», una composición supercatchy y de cadencia sleazy. Pero el disco esconde muchas más cositas porque el tracklist es absolutamente redondo, un disco que dista mucho de ser lineal y con el mismo tempo, ahí tenemos el medio tiempo boogie de «Making A Scene», vacilón hasta decir basta, muy N.Y. Dolls, también os subrayo «Broken Bones» con cierto regustillo KISS/MC5 y bueno, no puedo dejar de recomendaros las chispas que me salen de las orejas con trallazos como la triada brutal y seguidita de «Misunderstood», «Monkey The Cat» y «Watch Me Go» que pone bien a las claras que esta banda está placenteramente anclada en las verdaderas raices old school punk y el rock’n’roll, con la Hale berreando con pasión y poderío utilizando esos reverbs vocales que recrudecen más sus fraseos. El disco se cierra garageramente hablando con la re-grabación de su primera composición, «Earth Quake», que fíjate tú por donde me recuerda a algún clásico del Siamese Dream de los Pumpkins. En fin, referencias e influencias que contextualizan pero que no encasillan en ningún momento porque los Brandy and the Butcher y Elisabeth Hale saben perfectamente el terreno que pisan a sabiendas de su aplastante sonido propio que hoy en día podría ser competir sin complejos con los Amyl and the Sniffers aussies.
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