Recordamos que en los tiempos de la escuela se reconocía a Roald Amundsen como el descubridor del Polo Sur pero su figura se encontraba ensombrecida por ser el causante de la muerte de la expedición del Capitan Scott, un británico que luchó contra los elementos para sumar otro logro a la Corona de su Majestad. «Amundsen» intenta arrojar algo de luz a esa mentira histórica y demostrar que el noruego sería un tipo ambicioso y una persona con sus luces y sombras pero ante todo era alguien que desde pequeño vivía su pasión por la nieve y el hielo al límite pero en su carrera de explorador siempre fue metódico y avanzado.
De hecho eso es lo mejor de esta irregular cinta noruega, pues describe bien como Amundsen decide contar con perros frente a maquinaria, lo que haría que su aventura por la Antártida culminase en éxito frente al desastre de Scott y con posterioridad llegase a cotas inimaginables como Alaska o el primer paseo aéreo por el Polo Norte, otra expedición que intentó repetir la Italia de Mussolini, al financiar la primera, con otro fiasco que terminó con la muerte de Amundsen al ir al rescate. Esa grandeza, esa lucha contra todo y todos y el sacrificio de su vida por sus sueños árticos es lo más destacado del guion de Ravn Lanesskog. Un hombre obsesionado por descubrir nuevos territorios al precio que sea, como sucedía con el Lope de Aguirre encarnado por Klaus Kinski en la estupenda epopeya de Werner Herzog «Aguirre, la cólera de Dios». Y como sucede con los españoles, los ingleses también han arrojado una «leyenda negra» contra el escandinavo por adelantárseles. Dicen que la historia la escriben los ganadores y así, es curioso, vemos como se culpa de genocidios o esclavizar, a países que se han mezclado con la población nativa mientras que holandeses, belgas o del Reino Unido han laminado o sometido cualquier atisvo de civilización autóctona (Australia, Estados Unidos, Sudáfrica o el Congo, como ejemplos) o desvirtuado conquistas o descubrimientos como el de Amundsen. Magnífica secuencia la que es vilipendiado en la Sociedad Geográfica Británica, teniendo que soportar los ataques a su persona y loas a Scott y su fallida misión.
La lástima es que las dos horas de metraje no están bien contadas, a pesar de ser narrada en clave de «flash back» por su esposa y hermano mientras esperan el resultado de su partida de rescate. Y culpa tiene la puesta en escena de Espen Sandberg, un realizador que hasta ahora tenía como logro más importante co dirigir un error como la quinta parte de «Piratas del Caribe». Le falta épica a su dirección pues las secuencias de acción en la nieve acaban resultando anodinas, lejos de lo que vimos no hace mucho en «Ártico» de Joe Penna, aunque también influye que Mads Mikkelsen es bastante mejor actor que Pal Sverre Hagen, el cual acaba resultando tan frío como las gélidas tierras que visita. Aquí el tono helado no creo que ayude, resultando demasiado académica y formal sin grandeza y genialidad, cosa que sí beneficiaba en la última cinta noruega que comentamos como era el «Thelma» de Joachin Trier. Nos tememos que con productos como «Amundsen» la «leyenda negra» del explorador noruego continuará. Es evidente. La historia la escriben los vencedores… o en la actualidad los que tienen el control y el poder.
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