¿Podemos hablar de Rock Extremeño?. No se, ya consultaré a mi amigo y colaborador de esta revista, Pedro Barroso quien dirige en la radio pública extremeña los programas Feedback Rock y Time Rock Machine, quien además de rock sabe tela y más aún del compuesto en su tierra. Lo que está claro es la influencia de Extremodura a nivel estatal. Y la de Sinkope también, no les dejemos atrás. Bandas que a su rocanrol de calle empedrada han sabido añadir ese sentimiento castuo que se identifica rápido y se realza como seña de identidad. Farragua beben los vientos en los mismos aires y las aguas en los mismos rios. Este es su segundo disco, «Ver, oir y cantar» y es imposible no tender lazos y puentes con las bandas antes nombradas, especialmente con la de Robe Iniesta cuando escuchas a los de Plasencia sobre todo con los momentos más pausados del alma de Extremoduro.
Este segundo disco de Farragua editado por The Fish Factory presenta nueve canciones que como ellos mismos dicen pretende poner en la palestra ese rock nacional de los noventa del que tanto aprendieron. Quizás el disco suena algo falto de potencia, algo que se agradece cuando las guitarras cobran protagonismo como en «Al azar» pero aún así tengo claro que este «Ver, oir y cantar» puede conquistar el corazón y los oidos de aquellos que seguro que echan en falta las historias de Extremoduro en forma de canción. Ojo, que a pesar de que los de Robe sean un referente, no penseis que estamos ante un clon, ante otra banda aprovechando con demasiado descaro la senda marcada. Ni mucho menos. Farragua mantienen su personalidad reforzada por unas muy buenas letras y un sonido excelente.
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