Otro discazo, ¡sí!, afirmo y defino correctamente, otro DISCAZO del pasado 2017 que no he parado de escuchar desde que empezó el año gracias a las listas 2017 de mis compañeros de Staff en Rock, The Best Music, en concreto la del Máster Laurent Berger ‘aka’ ‘Especialista en Barbudos auténticos’ (…), en donde me dio ‘el toque’ pues ya no recordaba que los de Arizona tenían su sexto álbum de estudio ya en la calle a pesar de haberlos cubierto en directo y haberles realizado promo pre-gira. En fin, los errores van a ser subsanados como debe ser con la reseña correspondiente a su Way Down Yonder (2017). Adentrémonos en los pantanos más angostos y densos de Louisiana tal y como se nos muestra en la ilustrativa portada porque la banda que nos ocupa hoy tiene su sentido y su ser bajo la bruma…
Me imagino que ya sabréis que en su anterior trabajo, Rise To The Mountains (2015), el guitarra solista original, Kreg Self tuvo que abandonar la banda por problemas familiares siendo sustituido de forma inmejorable por Jimmy Reed que dió nuevos bríos a la banda de Jon Boat Jones (vocals, guitar), Kwall (vocals, drums) y Elvis DD (bass, vocals) con un disco de sutiles experimentaciones dentro del rocoso e incisivo sonido Southern Rock al que siempre nos tienen (y nos tendrán siempre, que nadie se asuste) acostumbrados estos cuatro forajidos.
Con Way Down Yonder, lo apuntado en Rise… queda confirmado al 100%. Me da a mí que la banda ha alcanzado una seguridad compositiva en la que les apetece probar cosas nuevas, sin salirse de su patrón sucio, pantanoso y rudo pero con una intencionalidad clarísima de no estancarse y probar nuevas sonoridades y estilos siempre con mucho criterio y seriedad (no como lo que han hecho Turbonegro con su último trabajo…).
El disco comienza tranquilo, calentando motores poco a poco con «Back Home Today» y qué tranquilidad y seguridad da escuchar el vozarrón de Jon Boat y esa sección rítmica matadora e impenetrable trazada por Elvis DD y Kwall para que Jimmy se luzca con punteos de todo tipo. Todo sigue en su sitio, todo es un puto placer. Las hostilidades empiezan con «To Hell With The Rest» con uno de esos riffacos tan adictivos y cojonudos que siempre componen, al igual que ocurre con el tremebundo «Brown Water», un acorazado Southern con unos cambios brutales….
«North Carolina Way» es el primero de los dos temas en los que Kwall canta, ¡y cómo lo borda el tío!, me encanta esos rasgados y esa intensidad que le impone a un tema tan bello pero tan intenso como el citado. El otro tema es otro de los más emotivos, «Redemption» es épica sureña personificada en donde Kwall es acompañado a tres voces por sus compañeros. Una pasada de composición. El tema que titula el álbum, «Way Down Yonder», es el single por excelencia del trabajo y otro himno fijo a añadir a su directo por absolutamente todo, melodía, riff, puente, ‘solo’, vocales, atmósfera, pegada…y esos hip hoperos fraseos de Jon Boat que le quedan de miedo, todo sea dicho. Con «Dark Horse» tenemos otro tema que experimenta con su sonido y con otros como el progresivo, un temazo de cabo a rabo en seis minutos increíbles. Por no extenderme demasiado, «Got A Pencil», «Never Surrender» y «Beast Of Burden (Roll On)» también están para hacerles un monumento, riffs marca de la casa, entrega instrumental/vocal y rudeza sureña que nos lleva a ese tema siempre especial, alcoholizado y campestre que siempre es el último tema de sus discos, en este caso se despiden con el divertido honky tonk de «Talk About Fishin'». ¿Hay algo mejor que hablar sobre pescar?, para estos cuatro ‘outlaws’, ¡rotundamente no!…
Unos máquinas los de Arizona, siempre digo lo mismo, estos tipos merecen mucha mejor suerte de la que tienen. Compruébese aquí…
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