Para abrir boca en esta singular jornada de rock instrumental teníamos al músico butanés Tashi Dorji. Con la única ayuda de su guitarra e innumerables loops Tashi Dorji fue fusionando free jazz y la música monástica budista para armar sus opresivas piezas. Una original premisa que dejó al respetable bastante frío. Puede que estuviera improvisando y su actuación fuera más una performance que un concierto, no lo sé, pero Tashi Dorji no conectó con el público. Una propuesta puede ser lo radical o avant-garde que quiera, pero debe tener algo que toque la fibra del espectador. En este caso, nada me tocó ni lo más mínimo. Supongo que lo suyo tendrá mucho mérito, pero si no comunicas con el público… Por los cientos de conversaciones que el público estableció durante el show de Tashi Dorji, entiendo que no fui el único al que su actuación dejó frío.
Era el turno de Godspeed You! Black Emperor, otra formación de lo más peculiar. Con ese nombre, ¿qué esperabas? Nada de rock hedonista o para pasarlo bien. Lo suyo es otra cosa: rock instrumental y experimental. Quienes fueran a verlos esperando un concierto al uso se llevarían una buena decepción. Sin apenas iluminación, los ocho músicos de esta formación canadiense se distribuyeron formando un semicírculo en el escenario. No había ningún micrófono ni un líder claro. No son espectaculares en directo, más bien todo lo contrario. Si no fuera por las proyecciones parecería que estábamos en un funeral. Sus composiciones de post rock son ideales para cerrar los ojos y dejarse llevar, sirviendo de banda sonora a un exorcismo interior que quizás todos debiéramos hacer de vez en cuando.
La música de Godspeed You! Black Emperor es intensa y oscura. Tiene momentos puntuales de luminosidad o esperanza (quizás, incluso, belleza) pero pronto son engullidos por un mar de sonidos atemorizantes. Su penetrante propuesta a base de mantras rítmicos va apoderándose de un oyente que no puede distraerse con las luces. La inmersión debe ser total para que el resultado sea el esperado. La tormenta sonora de estos músicos no es un plato de gusto para el público masivo, una propuesta tan arriesgada es minoritaria por definición. Yo reconozco que los disfruté bastante más que a Tashi Dorji.
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