Llegaba el compositor coruñés Luis Moro a El Puerto de Santa María para presentar su nuevo trabajo “Playa Marte”, notable disco de “americana” que reseñamos hace unos meses en esta revista.

Y no hay mejor lugar para hacerlo que en la Sala Milwaukee, uno de esos locales con encanto que echaremos de menos cuando Carlos, su dueño, traspase el negocio. Y allí llegaba el músico gallego para ofreceros una buena colección de canciones en un formato íntimo pues para esta ocasión se enfrentó al público en solitario, con la sola compañía de su guitarra. Confiemos que en un futuro podamos verle en directo con la banda al completo.

En su algo menos de hora y media de actuación nos deleitó con una muestra de su talento. Nos divirtió y pareció que se divertía pues se le vio feliz, totalmente entregado y orgulloso de que sus melodías calasen entre los asistentes. Y eso que en algunos momentos podía resultar algo complicado pues en una zona separada del escenario se estaba celebrando una pre boda, suponemos que hindú (por lo menos algunos de los contrayentes) pues numerosas personas de esa nacionalidad pudimos ver. Al cantar en español la gran mayoría no entendería las inteligentes letras de Moro pero algunos invitados sí se pasaron a escuchar y disfrutar de sus melodías aunque al rato se acercaban otros menos interesados gritando y riendo a carcajadas.

Aun con todo pudimos escuchar buena parte del “Playa Marte”, como el tema homónimo dedicado a una playa coruñesa, “Aquella boda, aquel aeropuerto” sobre el reencuentro con su actual pareja con la que se acaba de casar (desde aquí le deseamos mucha felicidad), la inicial “Dame golpe al bordón”, tema que nos recuerda a Dylan, como otros a Nick Cave o Tom Waits pues Luis Moro compone un rock experimental que se funde con la americana o el blues rock, creando atmósferas íntimas y en algunos momentos oscuras y en otros luminosas y positivas.

Una dicotomía que se puede observar en “Todos hemos vivido tiempos difíciles” (de nuestras preferidas) y “Alegrías”. También pudimos escuchar en la noche portuenses antiguas canciones como “Minibar, minibar” o “Lisboa”. Y como sorpresa en los bises acometió “Viven con poco”, tema más para banda al completo que para solista pero que quedó genial.

Nueve discos contemplan a Luis Moro, muchas tablas y las ganas de seguir haciendo lo que más le gusta en comunión con sus seguidores (pocos pero fieles). A eso se le llama pasión. Pasión por la música, por la vida y por los que quieran verle tocar un compendio de buenos temas propios.




















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