La realidad transmuta una idea en una cosa muy distinta de lo que imaginas. Lo que estamos viviendo estos días en Valencia es de un dramatismo y una maldad extrema. La muerte, desamparo y desesperanza que la naturaleza en forma de riadas, agua, barro y muerte ha traído a nuestra vera no hay nada que pueda sobrepasarlo, así que solo intentaremos que, en uno de esos pocos momentos en que tu mente quiera y pueda pensar en otra cosa, se libere de un lastre tan pesado y duro. ¡Fuerza y ánimo para mis conciudadanos! ¡Vixca Valencia!

A raíz del reportaje que hice sobre las parejas de cine, caí en la cuenta que los actores William Powell y Myrna Loy habían compartido escena en 14 películas desde que en 1934 W.S. Van Dyke los juntó para la producción de MGM “La cena de los acusados”. El éxito de la película hizo que se convirtieran en un dúo casi obligado en multitud de producciones.

W.S. Van Dyke fue el director que más veces trabajó con ellos, hasta en 6 ocasiones, siendo el responsable de 4 de las 6 filmaciones dedicadas a la saga del matrimonio Charles. Otros como Jack Conway o Richard Thorpe los dirigieron 2 veces, pero ellos eran las estrellas protagonistas de dichas películas.

Vamos a dedicar unas líneas a ambos y a las películas en que colaboraron, siendo hasta 14 los títulos en que compartieron cartel. Por un lado seguiremos las andanzas del matrimonio Charles, en la saga de hasta 6 cintas que decoraba el devenir de los caracteres creados por Dashiell Hammett. Por otro lado, hay 12 películas más que los juntó, destacando las delirantes comedias románticas que protagonizaban, siempre al amparo de la Metro Goldwyn Mayer.

Hoy es mi aniversario de boda, y ya hace más de 20 años que mi costilla me aguanta en toda la amplitud de significados del verbo. Ahí va:

 

William Powell:

Nació en Pittsburgh en 1892, e inició su carrera en Broadway a principio del siglo XX, llegando a Hollywood en los primeros años 20. Elegante, encantador, ingenioso y con un fino sentido del humor, dotó a sus personajes de un aura especial que le llevó a estar nominado 3 veces para el Oscar.

Su trabajo le juntó a grandes nombres de la industria cinematográfica como William Dieterle, Michael Curtiz, Gregory LaCava o Richard Thorpe, compartiendo escenas con grandes estrellas del momento como Bette Davis, Ginger Rogers, Jean Harlow o Luise Rainer, aunque fue su unión con Myrna Loy la que más reconocimiento le otorgó para el gran público y la historia.

Murió con más de 90 años en California debido a un infarto.

 

Myrna Loy:

Nacida en Montana en 1905, inició su carrera interpretativa a los 12 años en el teatro, pero la muerte de su padre les llevó a Los Ángeles, entrando muy joven en el mundo de Hollywood de la mano del divo por antonomasia del cine mudo, Rodolfo Valentino. Trabajó para grandes nombres del cine clásico como Fred Niblo o Lewis Milestone, siendo el paso al cine sonoro el paso decisivo en su carrera. Los años 30 la consolidaron como una actriz todoterreno, capaz interpretar a todo tipo de mujeres en todo tipo de géneros, desde la comedia, el musical o el terror.

Es famosa su renuncia a participar en “Sucedió una noche” para acometer el papel protagonista femenino de “La cena de los acusados” que terminó por emparejarla con William Powell, creando la conocida como Saga de los acusados o el hombre delgado (The Thin Man), y siendo considerada como una actriz muy rentable para la industria, emparejándola con grandes directores como Victor Fleming, Jack Conway o Michael Curtiz, y con estrellas del celuloide como Clark Gable, Tyrone Power o Melvyn Douglas. Los últimos años de su carrera profesional pasó a ser uno de los grandes nombres que acompañaban a las grandes producciones de los años 60 y 70 o en la televisión.

Su único reconocimiento premiado fue en 1991 con un Oscar honorífico por toda su carrera, una vida aparejada al éxito profesional y al valor que sus propios compañeros le daban. Murió en 1993, víctima de un cáncer de pulmón.

 

  1. The Thin Man:

 

1.- La cena de los acusados de W.S. Van Dyke (1934)

Nick y Nora son un matrimonio divertido, que pasan sus días entre fiestas, hasta que al volver a Nueva York, Nick vuelve a involucrarse en su pasado como investigador al desaparecer un hombre y su mujer insistirle en que se involucre en la investigación.

Con un sentido del humor desbordante, siempre con una copa en la mano y frases con doble sentido, el matrimonio Charles inicia la saga que adapta los relatos de Dashiell Hammett, siendo un gran éxito, alargando las películas consecuentes hasta 6.

El reparto, encabezado por Powell y Loy, se nutre de rostros conocidos como Maureen O’Sullivan o Cesar Romero, y contó con 4 nominaciones a los Oscar, incluidos su director, actor protagonista y el texto adaptado. No llega a 90’ y el ritmo al que fluye demuestra que el montaje es tan importante como lo rodado.

Van Dyke venía del cine mudo y había sido responsable de algunos éxitos como “Tarzán de los monos” o “Asesinato en la terraza”, y en el futuro lo haría con “El enemigo público número 1” o “Melodías de Broadway 1936”, pero aquí unió su nombre al de William Powell y Myrna Loy, siendo el director que más veces los ha dirigido.

Un crimen on the rocks.

 

2.- Ella, él y Asta de W.S. Van Dyke (1936)

Segunda entrega de la saga que la MGM dedicó a los relatos de Dashiell Hammett, con W. Powell y M. Loy como el matrimonio Charles, mezclando comedia, crímenes, alcohol y mucho sentido del humor. Aquí nos sitúan en Nochevieja, cuando Nick y Nora regresan a San Francisco para pasar las vacaciones, pero unas muertes, los misterios y la investigación se hacen cargo del discurrir de la filmación, entre chistes y copas. William Powell y Myrna Loy vuelven a acaparar todas las miradas, pero cuentan aquí con un jovencísimo Jimi Stewart o poderosos secundarios como Sam Levene, Joseph Calleia o Paul Fix para sustentar la intriga hasta el final, cerrando las casi 2 horas con una escena cómica que ejemplifica perfectamente lo planteado,… y unas cuantas copas.

 

3.- Otra reunión de acusados de W.S. Van Dyke (1939)

El matrimonio Charles aparece por 3ª vez en la gran pantalla, con Nick y Nora topándose con otro asesinato y otra intriga criminal que resolverán, como siempre, con mucho sentido del humor y unas cuantas copas más. William Powell y Myrna Loy vuelven a estar a las órdenes de W.S. Van Dyke en esta mezcla de intriga y comedia que alarga las adaptaciones de Dashiell Hammett sobre el hombre delgado.

El entretenimiento en el campo deviene en una intriga criminal repleta de acción y divertimento, con una pareja protagonista con una química especial y un humor tan personal como único.

 

4.- La sombra del acusado de W.S. Van Dyke (1941)

Nick y Nora vuelven a ser parte fundamental en la investigación del asesinato de un jockey, con altas y bajas esferas del gobierno de la ciudad por medio. Otra de las adaptaciones cinematográficas basadas en los personajes creados por Dashiell Hammett, con W. Powell y M. Loy al frente, W.S. Van Dyke tras la cámara, la MGM en la producción y la repetición de ciertos esquemas en el desarrollo y resolución de la trama. El sentido del humor, el perro Asta, el teniente Abrams, el alcalde…, y unas copas más son la receta para pasar 1 hora y media de maravilla. Destacan la participación de una jovencísima Donna Reed o la repetición de Sam Levene en un papel que ya salió en una película anterior o del luchador Tor Johnson, habitual en obras posteriores de Ed Wood. Otra deliciosa aventura criminal del matrimonio Charles, que sería la última colaboración con el director.

 

5.- El regreso de aquel hombre de Richard Thorpe (1944)

Nick y Nora se van de vacaciones  a Sycamore Springs para ver a los padres de él y descansar, pero el tranquilo pueblo es más movido de lo esperado y el reposo se convierte en trabajo. La comicidad de las primeras escenas en el tren, del doble juego en la casa familiar y el reencuentro con viejos conocidos, se unen a la investigación por la muerte de un joven, unos cuadros, el pasado de muchos vecinos y… sidra, en este caso Nick se pasa a la sidra para superar su gusto por el alcohol.

Divertida, ágil, con la dosis perfecta entre crimen y sentido del humor, haciendo que la película se convierta en otra delicia que hizo que R. Thorpe repitiera en la dirección con Powell y Loy de protagonistas. Grandes secundarios como Donald Meek o Donald MacBride secundan el protagonismo absoluto de la pareja principal.

 

6.- La ruleta de la muerte de Edward Buzzell (1947)

En una cena de caridad se produce un crimen y la presencia de Nick Charles le lleva a investigar quién es el culpable, pasando por muchos de los implicados, traiciones, deudas y mucho jazz. Algunos rostros son muy conocidos como Gloria Grahamme, Leon Ames o un jovencísimo Dean Stockwell como el vástago del matrimonio protagonista. Tan divertida, entretenida y ágil como el resto de la saga, pero acertaron en poner punto y final a un chicle que empezaba a estar demasiado estirado.

La última película de la saga del matrimonio Charles basada en los personajes creados por Dashiell Hammett en la novela The Thin Man, vuelve a presentar todos los materiales necesarios para ello. Un asesinato, una intriga, mucho sentido del humor, un perro muy listo, un hijo y alguna botella rota.

 

  1. La pareja perfecta:

 

1.- El enemigo público n.1 de W.S. Van Dyke (1934)

Dos niños que son amigos desde pequeños, cuando el barco en el que viajaban a Estados Unidos sufrió un incendio y perdieron a los padres y a un amigo, han tomado caminos vitales distintos. Uno se convirtió en un gangster (C. Gable) y el otro (W. Powell) ascendió por la carrera política, como fiscal del distrito y como gobernador del estado. La chica que une sus vidas de adultos es Eleanor (M. Loy), novia primero de Blackie y esposa después de Jim. Con la ayuda de G. Cukor, W.S. Van Dyke filma un melodrama romántico ambientado en los bajos fondos de Nueva York a principios del siglo XX, con delicadeza y mano firme, dejando clara la química que imperaba en los primeros planos de los protagonistas, con unas miradas que lo decían todo. Fantástico ejemplo de cine clásico de primer nivel de la MGM.

 

2.- La tela de araña de William K. Howard (1934)

John Prentige (W. Powell) es un abogado afamado, con mucho trabajo y muy bueno en su trabajo, pero su esposa Evelyn (M. Loy) es engañada por un arribista que termina siendo asesinado. Su novia Judy es acusada y John se encarga de defenderla. Trata varios temas espinosos como el asesinato, la infidelidad, la soledad familiar…, con una clase y elegancia maravillosas, con esa marca de la MGM de los años 30 que daba una seña de calidad extrema.

La química entre el matrimonio, la amiga francesa, la niña que adora a sus padres, los chantajistas sin escrúpulos, y todos con los decorados, vestuario y demás poderío de la Metro convierte la historia de un matrimonio típico en la mejor producción que pasó por las manos de uno de esos directores que trabajó con grandes estrellas de la época y nadie conoce ni recuerda hoy en día.

 

3.- El gran Ziegfeld de Robert Z. Leonard (1936)

Biopic musical sobre el productor Florenz Ziegfeld, con el protagonismo absoluto de William Powell, el amigo/rival en dichos menesteres Billings, y la cantidad de artistas y amores que pasaron por su vida, subiendo y bajando constantemente en los avatares que la vida le presenta. Myrna Loy apenas aparece unos 30´como una de esas artistas que se convierte en esposa, siendo Luise Rainer la que más pantalla ocupa como Anna Held.

La mezcla de números musicales de sus revistas, los famosos Ziegfeld Follies, y hechos biográficos la encumbraron a ganar 3 Oscar (Mejor película, Mejor Actriz para Rainer y Mejor coreografía) de las 7 nominaciones con las que contaba, aunque soy de los que opina que habría ganado muchos enteros con un buen tijeretazo en la edición de lo filmado. Presenta una época brillante de los inicios del siglo XX en Estados Unidos antes del famoso crack del 29.

 

4.- Una mujer difamada de Jack Conway (1936)

Divertidísima comedia romántica de la mano de uno de esos directores medio olvidados que, viniendo del cine mudo, facturó alguna cinta notable como esta. Warren (S. Tracy) trabaja en un periódico y, en el día de su boda con Gladys (J. Harlow), vuelve a dar prioridad al diario que a su amada. Para intentar arreglar la metedura de pata en su trabajo contrata a Bill Chandler (W. Powell) y, simulando un matrimonio debe enamorar a Connie Allenbury (M. Loy). Engaños y farsas al servicio de la comedia, aprovechando al máximo la presencia y química de los protagonistas donde, como casi siempre, William Powell destaca por encima de todos los participantes, capaz de engañar y encariñar a cualquiera, y disponiendo de apoyos secundarios tan importantes como Walter Connolly. Una de esas cintas que pocos recuerdan de una época tan fructífera para la comedia romántica y la screwball comedy como los años 30 del siglo XX.

 

5.- Doble boda de Richard Thorpe (1937)

Divertidísima comedia romántica en que un escritor bohemio ensaya una obra con una pareja que concertó su unión por obra y arte de la hermana de ella, centrando todos sus esfuerzos en los negocios y su hermana, pero dejando su propia vida al margen.

  1. Powell interpreta a Charles Lodge, el autor que vive en las nubes, y M. Loy a Margit Agnew, la mujer que controla todo a su alrededor menos su propia vida. Florence Rice y John Beal interpretan a Irene y Waldo, los jóvenes enamorados a las órdenes de Margit, y todos los secundarios ahondan en la comedia, desde los habituales del bar donde ensayan junto a la caravana de Charles, los empleados de Margit, la ex mujer de Charles, la Sra. Kensington-Bly… dando el espacio necesario para que los actos de enamoramiento inconsciente respiren lo suficiente para dar la misma importancia al romance y a lo cómico.

Un disfrute maravilloso, demostrando que Powell y Loy eran, además de una gran pareja un gran dúo de intérpretes.

 

6.- Te quiero otra vez de W.S. Van Dyke (1940)

Otra maravillosa comedia romántica, en que W. Powell interpreta a Larry Wilson, un estafador que sufre amnesia y se convierte en un respetado hombre de negocios que vuelve a enamorar a Kay (M. Loy), la mujer de la que iba a divorciarse. Los continuos engaños y trampas en la que se ven envueltos no paran de dar aire y ligereza a la comedia y encanto y química al romance. W.S. Van Dyke vuelve a ser el encargado de dirigirlos para la MGM, dejando claro que Powell y Loy funcionaban en muchos registros, pero era la comedia romántica engañosa su horma de zapato perfecta.

Todos los secundarios están perfectos en sus papeles, pero destaca Frank McHugh como el Doctor Ryan, un amigo que la amnesia le otorgó y le quitó.

 

7.- Mi marido está loco de Jack Conway (1941)

Steve Ireland y su mujer Susan celebran su 4º aniversario, pero surgen problemas que les meten en un lío que les lleva a pedir el divorcio. Durante ese período aparecen varios personajes que hacen la trama divertida, como la madre de Susan, una antigua novia de Steve que ahora es vecina, un vecino campeón del mundo de tiro con arco…, y todas las situaciones en que se meten son tan divertidas como engañosas.

La pareja formada por W. Powell y M. Loy demuestran que aguantan cualquier complot para salir adelante. La comedia, viendo a William vestido de mujer o los fallos del ascensor, y el romance, siempre encabezado por el amor verdadero, dan fuelle a un montón de hechos que hacen crecer ambos géneros. Aquí repiten con Jack Conway en la dirección para la MGM, resultando casi infalible la combinación.

 

8.- El senador fue indiscreto de George S. Kaufman

El senador Ashton es un tipo que lleva 30 años en el Senado sin dar problemas a su partido ni señalarse como bueno en algo, pero su nuevo agente de prensa le hace pensar en la presidencia del gobierno y sus discursos dejan entrever que si se lo piden…

Comedia sarcástica sobre la política con el protagonismo absoluto de W. Powell y un nutrido elenco de secundarios que lo rodean (E. Raines, R. Collins…) para decorar la gran mentira del político.

Aquí el protagonismo total es de William Powell, y la aparición de Myrna Loy es muy secundaria, aparece en algún listado como Melvin Ashton, un papel no acreditado, saliendo en la última escena, pero hay que completar todo el trabajo común. Es la cinta más mediocre de la pareja y, aun así, merece la pena verse.

 

Han pasado 90 años de su 1ª colaboración, el sistema de estudios hace mucho tiempo que desapareció y la química y talento de muchos de los profesionales que rodean una producción se han sustituido por el único criterio del rendimiento económico, dando a entender que una película taquillera es buena o un intérprete que aparece en un éxito financiero igualmente lo es. Aquí dejamos 14 producciones que, en su mayoría, dejarían a la altura del betún a la mayoría de comedias románticas de los últimos 50 años. Espero que lo disfrutes y, si puedes, veas alguna de ellas porque realmente lo merecen.

 

Para Think

by: Angel

by: Angel

Melómano desde antes de nacer, me divierto traduciendo canciones y poesía. Me gusta escribir. Soy un eterno aprendiz y bebo de casi todos estilos musicales, pero con el buen rock alternativo me derrito.

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