De las muchas cuentas que tengo pendientes con bandas de la costa Levantina, quizás sea con los WHITESTONE CONNECTION con la que más me estaba empezando a sentir mal al no haber podido acudir nunca a verlos encima de un escenario. ¿Y por qué os digo todo esto? Más allá de porque me flipe su música, la cosa tiene que ver con que son unos amores de personas y somos habituales en las salas de rock’n’roll valencianas.
Luciano Young, Rafa Camós y Dani González se han embarcado en un proyecto que convence y mucho en estudio, han abierto ya para bandas de renombre como Diamond Dogs, Steep Water Band, Tex Perkins, Warner E. Hodges, Los Corizonas… y era hora ya de poder presenciar y sentir cómo se sienten sus canciones en directo y a poquitos metros de un servidor…
Llegué puntual, tenía muchas ganas de darles un abrazo y hablar un poquito con tranquilidad y me los encontré acabando la prueba de sonido. Qué gente más maja, tan humilde y apasionada. Salimos fuera a tomarnos una cebada para hacer tiempo para el bolo en sí. Me encontré prácticamente a todo Patraix y alrededores allí… Inmejorable compañía entre viejos conocidos y nuevas amistades gestadas el pasado verano…
Y llegó el momento. Luciano, Rafa y Dani en formato reducido y en ese espacio que ofrece el CEX, también reducido, y que me seduce cada vez que voy gracias a esos telones rojos y esa ambientación tan Twin Peaks.
Puedo afirmar con rotundidad que la banda se mueve en este formato como pez en el agua, se les notó comodísimos en todo momento y gozaron de un sonido limpio y equilibrado… a pesar de que algunos de los allí presentes mostraron una falta de respeto absoluta por la banda al no parar de hablar y de no prestar la más mínima atención a los protagonistas de la noche. A pesar de ello, este hecho no ensombreció en absoluto un show que se nutre de los mejores elixires blues hard rock’n’roll & soul.
Me gustó mucho el carisma que tiene y demuestra Luciano (vocals, guitar), su compositor principal, el buen hacer, el control del show y la sensibilidad que una y otra vez muestra Rafa (bass, vocals) y, cómo no, esa clase y esa contención en un formato más pequeño que tiene Dani (drums, vocals) desprendiendo un glamour indiscutible con esas gafas jazzys y los citados telones rojos de fondo. Saben cómo ofrecer un show lleno de sensibilidad y magnetismo y me tuvieron y nos tuvieron enganchados desde que las primeras notas de «Listen To Me» (de acorde inicial tan hermanos Young) se introdujesen por nuestros oídos.
Muchos temas inéditos y a punto de publicar en el tracklist. Obviamente, cayó su emblemático también «When I Was Fifteen», con ese ramalazo Zeppeliano que apabulla y ese feeling blues soul que te termina de derretir. Por lo demás, he de reconocerlo, muchos temas que desconocía, pero que no por ello me desconectaban, sino todo lo contrario. Te das cuenta de la calidez y la clase que tienen encima de las tablas, así cayeron intensos y sinceros: «Fear in the Streets», «Just Fly», «No Choice» y «Full Speed», antes de que nos ofreciesen un excelente cover de los Stones con su inmortal «Dead Flowers». Nos tenían comiendo de su mano, te lo aseguro…
La segunda parte del setlist fue igual o más intensa que la primera, casi la mayoría del público entendió que estábamos en frente de un concierto de verdad y por fin la banda pudo disfrutar de la atención que merecieron desde el principio, «Take This Story», el corte más sureño del EP, mediante.
Le siguieron cuatro temas inéditos para quien teclea: «Only Sometimes», «I’ll Never Lose», «Is Always Saturday» y «Always Standing». Joyitas setenteras rebosantes de feelin’ y aura Vintage que no pararon de subir ‘calores’ y hacernos bailar.
Para los bises, bueno, ¡buenooooo!, un apabullante «Hush» ‘deeppurpleliano’ que acabó de rematarnos provocando un aura festiva de escándalo, todo el mundo con los brazos en alto, saltando y ellos esbozando una sonrisa convertida en carcajadas al final del mismo. Acabaron con su última joya compositiva, «One Step Back», con ese guiño Dire Straits tan reconocible, pero tan vacilón bluesero en el fondo. Así se acaba un concierto, con un tema propio y convencidos en lo más profundo de su alma, que están gestando algo grande y que saben lo que se tienen entre manos.
Final del concierto A LO GRANDE, con unos GRANDES y embaucados con unas canciones MÁS GRANDES si cabe. No tardaré en volver a presenciar su directo porque, en muy poco tiempo, habrá sorpresitas muy golosas…
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