Una de las maravillas de la música en directo es cuando, sin saber nada de nada, un amigo te dice que viene una leyenda de la armónica, del blues norteamericano, que le han recomendado sus directos y, casi sin pensarlo, te lanzas al vacío y descubres la magia de la música, la unión y pasión que desprende un tipo de más de 70 años con 3 músicos espectaculares a su lado, y te vas a casa con una sonrisa y la sensación de sacar el máximo partido a una noche de martes de agosto, tan calurosa como este maldito verano que nos acompaña.

La sala valenciana 16 Toneladas ya hace tiempo que es un referente absoluto cuando hablamos de blues, soul, rock and roll y demás derivados, con un sonido impoluto, y esa sensación tan difícil de conseguir que es sentirte como en casa. Con más audiencia de la que se esperaba, sobre poco más de las 10 de la noche apareció el cuarteto protagonista.

 

 

Una de las señales inequívocas de haber acertado es, cuando apenas 5 minutos después de comenzar el espectáculo, ya te han ganado por la mano, y además giras la cabeza y ves que a todo el mundo le pasa lo mismo. El feeling y experiencia que transmiten estos tipos consiguen que una noche cualquiera se convierta en una fiesta.

Rick Estrin es uno de esos tipos que transmiten buen rollo, siempre con la sonrisa puesta, las caderas balanceándose de un lado a otro y agradecido a los 3 tipos que le acompañan. El tipo comienza a cantar y parece que no tiene mucha voz, pero sí te llega, pero cuando coge la armónica debes asentar tus pies fuertemente en el suelo. Lees que lo meten en la terna de mejores armonicistas de la actualidad, junto a Charlie Musselwhite, y te das cuenta que no es un halago baladí.  Rick es un auténtico maestro con el instrumento, haciendo solos larguísimos, perfectamente acompasados, siguiendo el constante ritmo que el género impone y sus compañeros marcan sin cesar. Pero también deja el protagonismo al resto.

 

 

Chris “Kid” Andersen es un noruego, multiinstrumentista, productor y maestro de las 6 cuerdas. Capaz de hacer gemir a su guitarra, maullar o mugir, nos da una clase magistral de blues, pero también se pasa al rock and roll o al hard rock cuando le da la gana. Otro de esos nombres que no conoces y, al empezar el concierto, parecen un músico más, pero conforme van pasando los minutos te deja alucinado. Tuvo momentos de genialidad, marcando el ritmo de todas las composiciones, marcándose solos repletos de alma, haciendo coros, acercándose al frente o sentándose al fondo del escenario para manejar con comodidad su 6 cuerdas.

Lorenzo Farrell se ocupó de los teclados. Discreto, el más contenido, pero protagonista en 2 o 3 ocasiones para llevar la batuta en sus solos, y marcando el ritmo, dando corrección a la expresión “colchón de teclados”. Con varios efectos en sus teclas, dio la base rítmica perfecta a sus compañeros.

Y al fondo, con las baquetas, tras los parches, apareció uno de esos músicos a os que la palabra showman se le queda pequeña.  Derrick “D’Mar” Martin es una fuerza de la naturaleza. Desafiando a la gravedad con sus baquetas, sus saltos inesperados y su eterna sonrisa, cantando y motivando a la audiencia, se hace querer por todos. Todo sin olvidar que es el batería del combo, porque vaya pegada tiene el hombre. Hay momentos en que me obligaba a desviar la  mirada hacia él cuando eran sus compañeros los que atraían toda la atención.

 

 

Podría haber intentado descubrir qué temas sonaban, pero me negué a despistar mi atención de tamaña demostración. Sé que sonaron temas como “You can’t come back”, “New shape”, “Off The Wall” versión de Little Walter, “Clother line” o “Don’t do it”, pero realmente no debes desviar tus ojos del escenario. Solos de Kid, Lonzo o D`Mar, que se acercó al frente, bajó del escenario, haciendo sonar con sus baquetas todo lo que encontraba a su alcance. Pero el propio Rick nos dejaba boquiabiertos cada vez que cogía su armónica y demostraba su maestría, solos inacabables, con pulmones llenos de aire para llegar al final, arrancando aplausos y gritos. Una demostración continua de saber hacer y feeling, de conocer los medios para llevar a una audiencia en la palma de tu mano.

S tenéis opción de verlos, no lo dudéis. Levantad el culo del sofá o de la toalla playera y acudid sin miedo. Cuando salgáis con una sonrisa pegada a vuestra cara y recordéis lo bien que lo habéis pasado seguro que el calor, el cansancio o los dolores varios han pasado al olvido.

 

RICK ESTRIN & THE NIGHTCATS son:

Rick Estrin: voz y armónica

Chris “Kid” Andersen: guitarra y coros

Lorenzo Farrell: teclados

Derrick “D´Mar” Martin: batería y coros

 

by: Eduardo Garrido

by: Eduardo Garrido

Roquero, cinéfilo, lector empedernido que estudió Derecho para trabajar en una biblioteca y disponer de pelis, discos y libros a mano

1 Comentario

  1. J A Lingol

    Hola. El 7/08/24 los tendremos en Pontevedra en nuestro festival de jazz&blues, praza da Ferrería 22:30 h

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