Son metáforas compuestas por los niños de las confiterías,
mírala bien a ella, y verás que se han quedado cortos.
Quiero sonreír pero no tengo ánimo.
Es un tiovivo redondeando los rincones del hada de los robles
en una rueda de la fortuna a la que le faltan tornillos.
Quiero intentarlo, pero no hay espina dorsal.
Montan en un ala con una oración cuando están juntos.
Da igual dónde nos encontremos,
hay prendas luminosas, puedo ver mejor.
Nunca apagues esa cámara.
Amelia mía, Amelia mía.
Amelia mía, Amelia mía.
Ella es una asesina, es una sanadora.
Yo la creo, Amelia mía.
El corazón me late como un tambor,
cada nota suena a delirio
y no puedo sacar ese garfio de mi cabeza,
sin embargo solo canto junto a ella.
La la la la
Me voy a comprar el universo,
las estrellas, la luna, si ella lo prefiere.
Lo siento, no quería sonar tan retorcido.
Me alimento de la palma de su mano,
su mano.
Amelia mía,
ella es una asesina,
es una sanadora,
yo la creo,
Amelia mía.
Montan en un ala con una oración cuando están juntos.
Da igual dónde nos encontremos,
hay prendas luminosas, puedo ver mejor.
Nunca apagues esa cámara.
Amelia mía,
Amelia mía,
canto, la la la la la la, la la la
canto, la la la la la la, la la la
canto, la la la la la la, la la la
canto, la la la la la la, la la la.
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