Noche interesante de rock progresivo la que proponían dos bandas como LiZzard y O.R.k. Siendo noche de viernes la afluencia no numerosa pero a las 21 horas la Sala Rockville abría sus puertas para las menos de cien personas congregadas, público veterano amante de estos virtuosos sonidos.
El plato fuerte tardaría más en llegar pero tocaba abrir con los franceses LiZzard, art rock de altura con múltiples elementos del progresivo y el experimental, en múltiples momentos casi “avant garde”. El trío galo sorprendió en esta visita a Madrid por su música, más que por su contacto con el respetable pero nada se puede objetar a un estupendo guitarra como Mathieu Rico, que en las cinco primeras melodías ya había cambiado de instrumento tres veces.
Cumplió con su peculiar voz aunque en esta labor fuese ayudado por impertérrito bajista de cinco cuerdas William Knox, que compone una interesante base rítmica con la batería de Katy Elwell, una “criatura salvaje” de la que no tenía constancia y que no sé si de ella ha hablado mi compañero Pupilo Dilatado en su imprescindible página.
El caso es que en una hora que estuvieron sobre el escenario dejaron un buen sabor de boca con instrumentales, pedales fuzz y teclados grabados aunque en algunos momentos resultaron algo fríos pero a buen seguro que los volveremos a ver en próximas ocasiones pues debutaban en la villa pues sus pocas apariciones en la Península Ibérica habían sido en otros lugares. Presentaban su último disco “Eroded” y de lo escuchado en Madrid nos quedamos con temas como “Blowdown”, “Haywire” o “The decline” de este álbum y de anteriores discos cosas como “The orbiter”, “Vigilent”, “Shift” o “Tear down the sky”, pues no en vano, llevan como formación desde 2012.
Y a las 22:40, hora extraña para iniciar un directo de importancia en la capital de España, a pesar de ser viernes, llegaba este supergrupo con protagonismo para la base rítmica pues sus artífices son Colin Edwin, bajista de los míticos Porcupine Tree y Pat Mastelotto, batería de un grupo tan imprescindible como King Crimson. Les acompañan como voz y guitarra Lorenzo Esposito y Carmelo Pipittone.
Unos O.R.k. que ya tienen cuatro álbumes en su haber y que llegaban para presentar su reciente “Screamnassium”, trabajo del que se deben sentir bien orgullosos porque lo tocaron casi en su integridad comenzando por “Something broke” y terminando con “Someone waits”, así en la noche madrileña sonó “Consequence”, “Deadly bite”, “Don´t call me a joke”, “I feel wrong”, “Lonely crowd” o “Unspoken words” del “Screamnassium” (faltó “Hope for the ordinary”) junto a un importante repaso del “Ramagehead” con cuatro canciones de la que destacamos “Signal erased”.
Unos músicos de un talento descomunal aunque algo fríos y poco comunicativos sus dos líderes. A pesar de ello, y de menos de hora y veinte de actuación, la gente salió contenta, con su mezcla de progresivo con toques de bandas como Pearl Jam y, sobre todo, Soundgarden, para seguir disfrutando de la noche madrileña, en una zona tan animada como es la Avenida de Brasil, o bien regresar a casa pues a buen seguro que los años pesan en una parte de los asistentes a esta noche de progresivo.
No sé si vimos el mismo concierto porque fríos no me parecieron ninguno de ellos. Y eso de que Lizzard se estrenaban en Madrid… justo yo los descubrí en la Caracol con ORk también el 27 de enero de 2018. Donde por cierto fuimos muchos menos que ayer.
Muchas gracias por la lectura y detectar el error. Pensaba que era la primera visita a Madrid pero veo que estaba equivocado y pido disculpas por ello.
Sobre lo de la frialdad no pienso que ninguna de las bandas lo sea pero sí tuve esa sensación en algún momento puntual, no en líneas generales pues creo que los que fuimos lo disfrutamos.
De nuevo agradecer tu interesante aportación y la crítica constructiva.