Max Richter es uno de los grandes genios contemporáneos dentro de la música clásica. Éste “In a landscape” es su noveno álbum. Disco lleno de matices pero que entronca en intenciones a aquel fabuloso “The blue notebooks” de hace ahora veinte años.
Una comparación no baladí pues el minimalismo de uno y otro poseen cierta similitud. Un estilo musical deudor de Arvo Pärt, tronco del que beben Henryk Gorecki, Michael Nyman o Philip Glass y del que Richter es su mejor discípulo en la actualidad.
El germano ha afincado su vida en Inglaterra (país del que tiene la nacionalidad) y en su estudio de Oxfordshire ha grabado estas veinticuatro pistas donde él interpreta pianos, sintetizadores y programaciones, dejando a otros músicos las cuerdas, vientos y metales. En el LP podemos comprobar la perfecta fusión entre clásica y electrónica, con temas que apenas llegan al minuto con otros que superan los siete u ocho y donde puede ofrecer un ritmo pausado y esas estructuras repetidas tan propias del minimalismo.
Un disco que por momentos nos recuerda trabajos anteriores de Richter, bien sea el citado “The blue notebooks”, pasajes de su absoluta obra maestra como fueron las dos versiones de su reinterpretación de “Las cuatro estaciones” de Vivaldi o sus trabajos para el cine bien en el ámbito más sinfónico como “La sombra del pasado” o experimentales y electrónicos como “Ad Astra”.
Y es que Max Richter como gran creador que es tiene un sello propio, un estilo definido que siendo siempre reconocible no deja de sorprender con cada una de estas pequeñas veinticuatro piezas. Un disco que no llega a la hora y cuarto de duración pero que trasmite desde el inicio al fin y donde es complicado destacar una sola melodía pues pensamos que “In a landscape” hay que entenderlo como un todo. Un compendio de emoción y sentimiento que nos invita a la reflexión y a bucear en nuestro interior, en los rincones más recónditos de nuestra psique.
Quizás la mejor manera de escucharlo sea dejarse llevar por su música con la tranquilidad y sosiego que merece un trabajo como este. Y seguro que mejor en directo pues Max Richter suele presentar sus proyectos casi siempre en España, momento importante en el calendario musical. Algo que nos recuerda la vez que vimos en el Auditorio Nacional de Madrid el “Telemusik” de Karlheinz Stockhausen, donde el fallecido compositor teutón recomendó escuchar su obra cerrando los ojos y relajándose. Algo que los que lo vivimos ese día no olvidaremos jamás.
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