No es sencillo conseguir una sátira que tenga sentido del humor pues lo habitual es que las intenciones queden en un estrato superior que el resultado. En los últimos años uno de los que lo han conseguido fue Armando Ianucci con «La muerte de Stalin» que con un inmenso sarcasmo narraba las luchas de poder tras la muerte del dictador soviético. Ahora une su genio con el de Sam Mendes para tratar un tema menos escabroso como es el de las sagas de ciencia ficción en el mundo del cine.
“La franquicia” es divertida aunque algo complaciente, cosa lógica, por otra parte, pues no deja de ser televisión y sus nombres gente que trabaja en este medio audiovisual. Sin embargo, su crítica a franquicias tipo Marvel o DC resulta más satisfactoria que la mayor hasta ahora filmada como fue la sobrevalorada “Birdman” de González Iñárritu que carecía de gracia y que todo su atractivo residía en un exasperante plano secuencia y la capacidad de intentar epatar al espectador con pretendida al citar frases de escritores célebres. En “La franquicia” también se cita, y mucho, a directores de fama mundial como Scorsese o Nolan pero todo ello está supeditado al argumento y a resaltar los defectos del equipo técnico y artístico conformado por un director alemán, en principio genial pero con múltiples dudas, la asistente, su ambicioso ayudante de dirección, el protagonista lleno de complejos, el villano encarnado por un veterano y ruin actor, a los que se suman una nueva ayudante, la productora y apareciendo para hundir cualquier atisbo de arte el productor ejecutivo y su secuaz.
Todos son mezquinos, estresados y envidiosos, retratando una superproducción como un duelo de egos difícil de parar. Nos imaginamos que no distará mucho de la realidad aunque todo está contado con gracia, tomando momentos al azar del rodaje de una cinta de superhéroes. Diálogos ágiles y una puesta en escena llamativa con un ritmo adecuado, localizaciones en su mayoría en el estudio y episodios cortos que no llegan a los treinta minutos.
Y un reparto que funciona tanto en los roles de Himesh Pattel, Billy Magnussen, Lolly Adefope y Darren Golstein aunque algo menos el de Aya Cash que va perdiendo entidad. Especial mención a Daniel Brühl como el director y la divertidísima caracterización de Richard E. Grant que borda su misántropo personaje.
“La franquicia” gustará a todos los interesados en el mundo del cine como “Fábrica de pesadillas” y aunque lo que cuente no rompa estamentos tabú ni momentos históricos difíciles de bromear como sucedía con “El gran dictador” o, incluso, «Jojo Rabbitt» es un ejercicio notable en la mayoría de sus ocho capítulos.
0 comentarios