Tras unos primeros filmes en su Alemania natal, Edward Berger empezó a dejar su impronta por un par de series de televisión como fueron la germana “Deustchland 83” y la dirección de la primera temporada de “The terror”, proyectos que le brindarían la ocasión de triunfar en la pantalla grande con la nueva versión de “Sin novedad en el frente”, película que le aupó en el mercado internacional con el “espaldarazo” que supusieron sus cuatro Oscars (entre ellos el de largometraje internacional) en un año donde venció la mediocre, y ya olvidada, “Todo a la vez en todas partes”.
Como sucedió con su proyecto bélico, “Cónclave” posee empaque, acertada realización pero ciertos defectos en cuanto a trampas argumentales pues la sorpresa final es ridícula a todas luces y además nos van preparando hacia algo así durante el resto del metraje por lo que se pierde el impacto. Además en un año donde se nos ha presentado otro producto con éxito pero sobrevalorado como “Emilia Pérez”, con la cual tiene puntos en común que no vamos a desvelar.
En el capítulo positivo, en sus primeras tres cuartas partes consigue crear un interesante “thriller” ambientado en el Vaticano en una elección para Papa que se revela como el triunfo de la política sobre la espiritualidad. Algo que no es novedoso pues recordamos “Las sandalias del pescador” de Nicholas Ray y su alegato contra el comunismo en la elección de un pontífice ruso o dos críticas producciones italianas basadas en el humor como fueron la genial “The Young Pope” de Paolo Sorrentino y la más discutible “Habemus Papam” de Nanni Moretti.
“Cónclave” nos presenta las luchas entre cardenales por presentar como ganador a su candidato, eliminando a varios de los favoritos por problemas personales, sean de cierta corrupción, falta de carácter, personalidad o secretos del pasado. Mientras los religiosos, ajenos a lo que sucede en el exterior, toman sus decisiones una serie de atentados sacuden Roma, algo que no termina de estar bien definido pero que será crucial en el desenlace. Un guion el de Peter Staughan que funciona bien hasta el insólito giro final.
Edward Berger consigue una puesta en escena vistosa, de gran ritmo y una ambientación excepcional del Vaticano que nos introduce en la historia y donde la Capilla Sixtina se convierte caso en otro personaje más dentro de un reparto donde destaca un impresionante Ralph Fiennes que borda a su responsable delcónclave, acompañado de unos secundarios de peso como Stanley Tucci, John Lithgow, Sergi o Castellito o Lucien Msamati y en menor medida o con roles menos interesantes Isabella Rossellini y Carlos Diehz. Aun con sus limitaciones y vacíos estamos ante un filme entretenido, bien realizado y en muchos momentos serio y bien hilado. Lástima ese último tramo.
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