El nuevo disco de Le mur comenzó a crearse antes de que el bicho parase el mundo, pero las sensaciones en el seno de la banda eran ‘oscuras’, la composición de los temas no avanzaba de forma fluída y Marcelino (drums) abandona el barco. El disco vuelve a rehacerse practicamente desde ‘0’. La incorporación del baterísta Juan Carlos da nuevos bríos y nuevas dinámicas que hacen que tanto Elsa como Pedro J. se inspiren y afronten retos hasta ahora inéditos en la banda. El disco acaba cerrándose 8 meses después. El círculo quedaba cerrado…
Caelum Invictus (2023), segundo LP de Le Mur, considero que nos trae la ‘nueva madurez’ de la banda, una madurez rotunda y poderosa cimentada conceptualmente en la introspección, superación de barreras, vivencias personales extremas (Elsa ha sufrido un proceso de depresión a partir de una intervención quirúrgica) y redención disfrazadas de constelaciones y personajes de la mitología clásica. Musicalmente, es un disco mucho más aguerrido, directo y visceral que sus anteriores marcas, de hecho no hay momentos para la calma y el tema tranquilito, “Sagitta”, sería el único ‘descanso’ auditivo gestado como bello interludio entre la cara ‘A’ y ‘B’ del disco. “Prometeo” abre fuego con esos redobles de parches del nuevo miembro (perfecta presentación) hasta que explota toda la maquinaria de Le Mur. Muy interesante la colaboración de Jaime Ladrón (Catorce) en vocales. “Atalanta” sigue ahondando en la herida en un tema con el alma de Elsa abierta en canal en un tema post-rock de corte ‘math’. ¡Cómo canta esta mujer!, pasión descontrolada… Arriba uno de los cortes más reseñables del trabajo con “Monoceros”, fraseos ahogados que de demandan libertad, alaridos liberadores y ‘¡caballos trotando en el pecho!’ en su corte más Incubus y Stoner, pero también más post-hardcore con la furiosa colaboración de Luís Ortega (Pyra). ¡BRUTAL!. “Vulpécula” no baja los ánimos, aquí un corte lleno de ironía y acidez, cercano a Tool en punteos y texturas y con una Elsa ya desatada y perdiendo el control (o tomándolo, como se quiera ver…). TEMAZO.
Cara ‘B’. Después del mencionado “Sagitta”, el disco vuelve a coger fuelle poco a poco en “Constelación” en una composición perfecta en contrastes entre las partes armoniosas y las más enfurecidas y con multiplicidad de aristas con una base rítmica por parte de Carlos y Juan C. que lo rellenan absolutamente todo. “Lepus” comienza trotón con ese bajo musculoso y esa batería desbocada que hacen de perfecta base para que Pedro teja intrincados punteos y Elsa se explaye a gusto exorcizando sus demonios. “Las Horas” vuelve a contar con otra colaboración, la de Maria Rodríguez aka ‘Blue’ de Bones Of Minerva, en un tema de arranque melodioso y frágil para acabar explotando en un sinuoso e intrincado bosque sónico con esas dobles voces entre estas dos CxS’s. El trabajo no puede acabar de mejor forma, “Epitemeo”, definitamente es mi tema favorito del disco…¡¡¡así se acaba un álbum!!!, fuerza descomunal y desvocada, riff infeccioso, fraseos calma/tormenta con toneladas de bilis escupida por parte de Elsa y, de nuevo, otra vez una base rítmica jodidamente sobrada de músculo y explosividad. Repito, ¡Así se acaba un puto disco!…
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