Aunque mantenía el nivel la tercera temporada de “Fauda” no llegaba a los límites de excelencia de sus dos primeras, lastrado por un final donde el comando israelí se mostraba en plan grupo estadounidense en la era Reagan y, por lo tanto, por numeroso que fuese el enemigo sería eliminado por el equipo de Doron. Eso ensombrecía otra genial, y ambigua, historia donde un padre y un hijo tenían que entrar en una guerra que querían evitar, secuestrando y combatiendo contra Israel.

En esta cuarta, de nuevo, tenemos víctimas colaterales de un conflicto que no tiene visos de acabar. En este caso, una joven policía israelí casada con un hebreo pero de origen árabe y cuyo hermano milita entre los terroristas palestinos. Unos villanos que vuelven a tener entidad pues tras los dos peligrosos sujetos de las primeras entregas perdía peso el asesino de la tercera. En esta, consiguen burlar la vigilancia israelí y secuestrar nada menos que al Capitán Eyob, torturándole y dejándole al borde de la muerte en lo que parece ser otra tragedia más en el grupo antiterrorista tras las muertes en el pasado de Moreno y Avichai. Además aparece, por primera vez, el hijo de Gabi para dar más dramatismo al hecho.

Y no solo nos ofrece esa historia sino que los rivales se unen a Hezbolá y preparan un terrible ataque con misiles. De nuevo, todo rodado con un ritmo “endiablado” y ofreciendo esa maquiavélica máxima donde el “fin justifica los medios”, sobre todo en la oficinas del Mossad, capitaneadas por Dana y un alto cargo llamado Raphael. Un acierto que todos los episodios sean escritos por la misma persona (Noah Stollman) y dirigidos por un solo realizador (Omri Givon) pues así se consigue una unidad tanto narrativa como visual, ofreciendo una mejora pues la historia de amor entre Sagi y Nurit era de lo más flojo en las relaciones del grupo pero aunque sigue siendo lo menos interesante, sí ofrecen un nuevo punto de vista que le dota de más dramatismo.

Otra mejora son las localizaciones pues a las ya conocidas de Israel y Palestina, se suman en varios capítulos la Bruselas de Mollenbeek y el Líbano dominado por Hezbolá. Eso dota a la realización de un tono algo más “James Bond” en la diversidad de escenarios aunque sin el “glamour” de 007 porque ni siquiera la capital belga tiene lugares turísticos que mostrar.

Como, de costumbre, en “Fauda” la tragedia sobrevuela a los personajes y sus familias, ejemplificado en la pobre policía israelí empujada a intentar salvar a un hermano terrorista y el diálogo de las mujeres de Doron, Steve y Eli hablando sobre el sin vivir de estas esposas esperando la muerte en cualquier momento, mientras sus maridos no pueden dejar un trabajo que les agota quizás por el gusto y la adicción a la adrenalina y el peligro, como pasaba con el artificiero del “En tierra hostil” de Kathryn Bigelow. Y todo desemboca en otra final de antología, lleno de acción pero también de drama que deja al descubierto las miserias de los grupos antiterroristas cuando entran en guerra.

“Fauda” recupera sus ambigüedad y su punto de vista pero manteniendo el tono, ritmo e interpretaciones de sus dos primeras temporadas, con ese reparto encabezado por Lior Raz (también creador de la serie junto a Avi Issacheroff), Itzik Cohen, Yaakov Zada- Daniel, Doron Ben- David y Meirav Shiron como principales entre los israelís junto a Lucy Ayoub, Amir Boutrous y Loai Nofi como interpretaciones más destacadas entre el bando árabe.

Fauda (Temporada 4ª)

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

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