“Fauda” se ha convertido en una de esas series con cada vez más adeptos, comenzó casi oculta dentro del catálogo del gigante Netflix, para llegar a una tercera temporada que sigue manteniendo el nivel de las precedentes. Nos sigue narrando las acciones de un grupo de élite del Mossad, encargado de infiltrarse en palestina para evitar atentados aunque, en más de un momento, sus expeditivos métodos vulneren los derechos humanos más elementales.

En esta ocasión, Doron se encuentra de entrenador de boxeo de un joven de Cisjordania, hijo de un histórico militante de Hamas y primo del actual líder de la insurgencia árabe. Por una serie de operaciones israelís, quedan en mal lugar el padre y el hijo, por lo que deben ejecutar un secuestro de civiles que hará que el grupo encabezado por el Capitán Ayub entre en conflicto con los terroristas palestinos para conseguir un complejísimo rescate en la zona de Gaza, sometido por la ley de los jeques de Hamas y las acciones hebreas.

En esta temporada nos ofrecen más acción y algo menos de motivaciones políticas aunque siguen tratando a un bando y al otro con todas sus virtudes y miserias, lo cual se agradece pues todos los personajes tienen un lado amable y otro oscuro, evitando el maniqueísmo tan propio de este tipo de series. Además los doce episodios tienen un ritmo trepidante, una puesta en escena conocida, con multitud de planos aéreos que nos ofrecen la realidad de Gaza, Cisjordania y Hebrón, junto a unos exteriores donde se puede notar el calor del desierto, con un Israel del que se evita mostrar la parte más turística (no aparece Jerusalén, ni Tel Aviv, el mar Muerto o cualquier otro punto de interés para una agencia de viajes) y una Palestina imposible de reconstruir por los problemas entre judíos y árabes. Los interiores empiezan a ser conocidos por cualquier seguidor de la serie, desde las salas de operaciones o interrogatorios hasta las viviendas de los soldados. El buen hacer en la puesta en escena de Rotem Shamir se nota, junto al guion de Avi Isacharoff y Lior Raz, a la vez protagonista de “Fauda”, con su colérico y heroico Doron Kabilio.

Quizás lo más flojo de estas terceras aventuras del comando sean la imposible historia de amor entre Nurit y Sagi y la imposible entrada a la fortificada casa de uno de los líderes terroristas, donde parece que puedan aparecer todos los hombres armados del mundo porque serán eliminados por cuatro soldados y un francotirador. A favor, todos los personajes tienen motivaciones para decidir sus acciones, sobre todo Bashar, un joven centrado en el deporte y alejado de la política, que como en una tragedia los acontecimientos hacen que se vaya acercando al mal. Sin remedio y sin que pueda evitarlo. Un sentido trágico que aparece en Avichay, sumido en la culpa por haber matado a un compañero por error. Difícil de redimir.

Los villanos también tienen su entidad, aunque Abu Muhamad tenga menos peso que los anteriores antagonistas eclipsado por Bashad y su padre Jihad, y el capitán Ayub sigue siendo el más ambiguo de todos, con esa doble cara de amigo y enemigo, según convenga. En esta ocasión, y fruto de un frustrado atentado, aparece casi todo el tiempo con un bastón para apoyarse que le da un curioso aire a lo “Doctor House”.

La cultura judía parece haberse puesto de moda en este 2020 en Netflix, gracias al éxito de «Unorthodox» aunque “Fauda” sea superior, pues no es tan irregular como la basada en la novela de Deborah Feldman, que subía el nivel en Nueva York pero que se despeñaba con la imposible historia berlinesa, digna de un telefilm de sobremesa. “Fauda” mantiene el tono en todo el “libreto” y, a pesar, de que en esta tercera haya más lagunas que en sus precedentes sigue siendo uno de los productos más elaborados e interesantes del catálogo de ese gran imperio del pago por visión en el que se ha convertido Netflix.

Crítica de la tercera temporada de FAUDA

by: Jose Luis Diez

by: Jose Luis Diez

Cinéfilo y cinéfago, lector voraz, amante del rock y la ópera y ensayista y documentalista con escaso éxito que intenta exorcizar sus demonios interiores en su blog personal el curioso observador

6 Comentarios

  1. Perem

    La verdad que después de las dos grandiosas temporadas anteriores, una vez concluido el visionado de esta tercera, mi particular opinión es que los creadores de la misma ha caído de pleno en ese error tan manido de las grandes majors. Sí ese,»vamos a por otra que vamos a hacer money». Y ese vamos a por otra, si bien suele llenar las arcas de la promotora, también es verdad que suele llevar consigo, ya sea en mayor o menor medida, una degradación del espíritu inicial del producto, Y, siempre a mi particular modo de ver las cosas, esto sucede en esta tercera parte de las vivencias de Doro & cia.

    Aquí la equidistancia entre buenos y malos salta por los aires y, como si de un blockbuster americano se tratase, por mucho que los primeros capítulos consigan salir airosos, llega un momento en que los buenos son muy buenos (Israel) y los malos muy malos (Palestina), algo que tampoco sería de extrañar viniendo de una serie manufacturada por los primeros, pero esto era la clave de Fauda en sus dos anteriores temporadas, en la que tanto las miserias de unos como de los otros quedaban retratadas perfectamente en el devenir de un conflicto que no tiene solución posible, mientras que aquí, en esta tercera entrega, me da que se les ha ido la mano y en algunos momentos acaba pareciendo más una campaña electoral de Netanyahu.

    Responder
    • José Luis Díez

      Estoy de acuerdo en que está tercera temporada es inferior a las dos precedentes por las razones que señalas aunque, es probable, que los dos personajes con más evolución dramática sean Bashar y su padre.

      Responder
  2. Jose J

    Me parece que esta miniserie es muy parcializada, hace ver a los palestinos como idiotas, cada vez que los tienen listos para acabarlos no lo hacen y terminan muertos ellos. Los heroes americanos tipo rambo quedan chicos al costado de Doron.

    Responder
  3. José Luis Díez

    Gracias por el comentario. Es cierto que esta tercera entrega, aunque tenga buenos momentos, es la peor de todas las temporadas de «Fauda».

    Responder
  4. Jose

    Excelente serial, sin dudas.

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  5. José Luis Díez

    Gracias por el comentario. También me parece una estupenda serie.

    Responder

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