Los holandeses Infantry, cinco años después de su primer larga duración, “Make war not love”, vuelven a la carga con este “Terminal society” editado el pasado agosto. Cuenta la hoja promocional que se emparentan con grupos del pelaje y pedigrí como Amon Amarth, Slayer, Strapping Young Lad, Bolt Thrower o Kreator, un amplio abanico pero bueno, os podéis imaginar como funciona el tema de las promociones. Teniendo en cuenta que Infantry parten del más absoluto underground metálico y que se encargan ellos mismos de la edición de este disco, obviémos detalles menores y me centraré en su música.
“Disposer of immorality” abre el disco con un ritmo característico encuadrado dentro del thrash metal aunque es en la parte vocal donde producen devaneos cercanos al death metal. Me engancha mucho la parte central de “Submission” que destaca entre el muro de sonido quevlos holandeses crean con una batería estupendamente acelerada. De estructuras similares al tema inicial nos encontramos con “Destination: Wonderland” en la que colabora Miranda Visser (Hellevaerder) aportando – más- dosis de brutalidad en la parte vocal y destacando el solo de guitarra.
En “Under destruction” vuelve a destacar la batería y las guitarras que construyen partes melódicas adornando una canción que roza los parámetros más agresivos del thrash metal sin llegar a cruzar la línea que abrevlas puertas del death. Posiblemente la canción más sobresaliente del disco. “Inner Warfare” presume de inició retrayéndose a los mejores tiempos de Slayer para luego combinar la guturalidad vocal con fragmentos melódicos de las guitarras a lo Trivium. “Coup D’ etat” se presta al lucimiento de los guitarristas gracias al tapping con el que dan brillo a una canción que termina como una invasión de acorazados.
Más cruda suena “Hail the victorious” donde no conceden tregua y el ritmo ametralla sin fisuras ni resquicios. Acaban el disco con la canción que da nombre al disco y en la que bordean peligrosamente con el death si no quizás con su acepción más clásica y añejacdel género pero si con sonidos que han optimizado su renovación. Un buen disco, de esos perjudiciales para las cervicales.
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