James Wan ha sabido rentabilizar como nadie el éxito de «Expediente Warren», ya que ha creado un universo aterrador que cuenta con tres entregas de la matriz original y varios «spin off» de personajes secundarios, con otros tres largometrajes con la muñeca «Annabelle», «La monja» y una más tangencial como era «La llorona». El realizador de esta última era el debutante Michael Chaves que repite en esta tercera parte del primer «The conjuring» que lleva por título en español «Expediente Warren: obligado por el diablo». No es casual dejar al mando a alguien de la casa pues la primera «Annabelle» significaba la opera prima de John R. Leonetti, hasta entonces director de fotografía de confianza de Wan. Una idea que consigue que unas y otras cintas tengan temáticas, colores y sensaciones similares en todos los filmes. Aquí repiten el director de fotografía y el músico de cabecera Joseph Bishara aunque en esta ocasión componga una banda sonora menos terrorífica que de costumbre y lejos de su obra maestra, como es «Expediente Warren».
Repiten en los papeles principales unos eficaces Patrick Wilson y Vera Farmiga como el Ed y Lorraine Warren que en esta ocasión se enfrentan a un caso de posesión demoniaca que trasciende la investigación, afectándoles de lleno como sucedía en la anterior, y entretenida, «Annabelle vuelve a casa». Entre los secundarios destaca John Noble, el inolvidable científico de aquella genialidad televisiva llamada «Fringe». Todo el reparto cumple con sus roles, tanto los jóvenes como los más veterano, de la mano de un Michael Chaves que arriesga poco con la narración y la puesta en escena, manteniendo la esencia de Wan, tanto en planos como en tratamiento de la imagen, limitándose a copiar parte del estilo del responsable de «Insidious» o «Aquaman». Donde más se nota la ausencia del taiwanés es en la falta de tensión pues la historia comienza fuerte en el prólogo con el exorcismo al niño, bajando el nivel de sustos en buena parte del metraje y volviendo a subir en el tramo final, con un desenlace más o menos típico en cueva subterránea con altar satánico pero bien resuelto.
Un guion que se basa en los personajes creados por los hermanos Hayes, con colaboradores de otros largometrajes del «Universo Warren», con el propio Wan como uno de los creadores de la historia. A pesar de la irregularidad, tanto de «libreto» como de dirección «Expediente Warren: obligado por el demonio» es una digna propuesta de cine de género, divertida por momentos, cuidada en su filmación pero lejos de los dos monumentos al horror moderno que significaron las dos primeras «The conjuring» (sobre todo la inicial), revolucionando el tema de casas encantadas desde una perspectiva no novedosa pero sí actual y consiguiendo crear una atmósfera malsana con unas simples palmadas.
A buen seguro que seguirán exprimiendo casos de los Warren y todos los seres infernales generados por la franquicia mientras el público responda. Por suerte, hay mejores y más mediocres producciones pero todas están cuidadas en ambientación y los resultados, incluso en las peores, no suelen ser descalabros absolutos. Nos alegramos pues James Wan, además de un excelente y talentoso realizador demuestra tener buen ojo para los negocios pues con esta ya son ocho películas sobre la misma idea. Variaciones sobre el mismo tema que se dice en música.
0 comentarios