Nominada al Globo de Oro al mejor actor y con serias papeletas para conseguir candidaturas en los próximos Oscars hollywoodienses, “Sound of metal” es la principal apuesta de Amazon para la temporada de premios.
Una historia de superación diferente pues no “almibariza” ni se apela a las emociones más primarias, cosa harto complicada pues en los largometrajes con discapacidades esa suele ser la tónica. Aquí tenemos a un batería de una banda “a caballo” entre el metal y el punk que empieza a tener un relativo éxito, girando por pequeños locales en Estados Unidos y recorriendo el país, junto a su novia (voz y guitarra) en una caravana, que además les sirve de casa. Todo ese mundo creado se viene abajo cuando un día, de forma sorpresiva, el músico empieza a perder audición. Los médicos le ofrecen un panorama desolador pues la enfermedad ira degenerando hasta la pérdida total del oído aunque una cara operación puede mitigar el efecto de la sordera. Por medio de una tercera persona, el joven acaba en un centro de rehabilitación para personas con esa discapacidad. Un mundo diferente donde el percusionista deberá aprender y asumir su nueva vida. No revelaremos más del argumento pero aunque parezca una cinta más, el guion de Darius y Abraham Marder trata la narración de forma sincera, resultando sencillo entender las distintas reacciones, los aciertos y errores de una conducta que resulta del todo humana, complicada de afrontar para alguien que tiene que empezar de cero por culpa de una enfermedad que no entiende y que considera injusta. Como dice el líder de la residencia: “Aquí lo que se trata es la mente, no el oído”, pues lo más complejo es asumir la nueva situación e intentar vivir con la paz y el sosiego que el personaje no tiene.
Rodado en formato independiente, supone el debut por todo lo alto de Darius Marder, un nombre que habrá que seguir en el futuro que para su “opera prima” adopta la excusa musical para afrontar temas de mayor trascendencia y calado, como sucedió en su momento con «Whiplash» de Damien Chazelle, también ambientada en el mundo de los parches y baquetas. Para este ejercicio de ritmo, extraordinario pues las dos horas de “Sound of metal” pasan en un suspiro, ha contado con un protagonista de envergadura, pues Riz Ahmed compone el que conseguridad es el mejor personaje de su ascendente carrera, con trabajos tan interesantes como la serie “The night of” y sus secundarios con peso en “Rogue One”, “Venom” o en otro éxito de crítica como «Los hermanos Sisters». Le acompaña una acertada Olivia Cooke, lanzada al éxito con la irregular pero entretenida “Bates Motel” y algún subproducto de terror sin mayor interés pero que no hace mucho tenía el protagonista femenino en la infravalorada «Ready player one», uno de los mejores trabajos del actual Spielberg.
En cuanto a la puesta en escena, sin necesidad de grandes alardes técnicos, pues es una película de modesto presupuesto, Marder cumple, centrándose en que su historia fluya y que el espectador tenga empatía con el personaje. No hay planos en exceso alambicados ni un montaje que impresione, como sucedía en el filme de Chazelle, fiándolo más a contar bien la trama, con convicción y gusto, cimentándolo todo en el ritmo y la espectacular dirección de actores, donde entre los secundarios destaca Paul Raci y donde aparece un grande del cine francés como Mathieu Amalric, en un parte final que parece que decae con la fiesta pero que es rematada de forma magistral, con unos cinco últimos minutos de enorme calado emocional.
“Sound of metal” es un acierto del estudio cinematográfico de Jeff Bezos, cada vez más asentado en la producción de series y largometrajes. Si bien, todavía no cuentan con los presupuestos y pretensiones de Netflix, sí se va afianzando con propuestas diferentes.
0 comentarios