El poema de hoy no necesita explicación. Es de Sylvia Plath. Una poeta americana, muy amiga de Anne Sexton, que elaboró minuciosamente un buen número de poemas de estilo confesional. Vamos pues con la traducción de “El aspirante”.
the applicant
First, are you our sort of a person?
Do you wear
A glass eye, false teeth or a crutch,
A brace or a hook,
Rubber breasts or a rubber crotch,
Stitches to show something’s missing?
No, no? Then
How can we give you a thing?
Stop crying.
Open your hand.
Empty? Empty. Here is a hand
To fill it and willing
To bring teacups and roll away headaches
And do whatever you tell it.
Will you marry it?
It is guaranteed
To thumb shut your eyes at the end
And dissolve of sorrow.
We make new stock from the salt.
I notice you are stark naked.
How about this suit—
Black and stiff, but not a bad fit.
Will you marry it?
It is waterproof, shatterproof, proof
Against fire and bombs through the roof.
Believe me, they’ll bury you in it.
Now your head, excuse me, is empty.
I have the ticket for that.
Come here, sweetie, out of the closet.
Well, what do you think of that?
Naked as paper to start
But in twenty-five years she’ll be silver,
In fifty, gold.
A living doll, everywhere you look.
It can sew, it can cook,
It can talk, talk, talk.
It works, there is nothing wrong with it.
You have a hole, it’s a poultice.
You have an eye, it’s an image.
My boy, it’s your last resort.
Will you marry it, marry it, marry it.
El aspirante
Primero, ¿Eres de los nuestros?
¿Llevas puesto
un ojo de cristal, dentadura postiza o una muleta,
una férula o un garfio,
pechos de silicona o una entrepierna de goma,
suturas que nos muestren que has perdido algo?
¿No? ¿No? Entonces
¿cómo podemos darte nada?
Deja de llorar.
Abre la mano.
¿Vacía? Vacía. Aquí tienes una mano
para llenarla, deseosa
de servir tazas de té y quitar dolores de cabeza
hace lo que le digas.
¿Te casarías con ella?
Tiene garantía,
te cerrará los ojos al final
y se deshará en llanto.
Con la sal producimos nuevo stock.
Veo que estás completamente desnudo.
¿Qué tal este traje?—
Negro y serio, pero sin un mal ajuste.
¿Te casarías con él?
Es sumergible, antichoque, a prueba
de fuego y las bombas que atraviesan el tejado.
Créeme, te enterrarán con él.
Ahora tu cabeza, disculpa, está vacía.
Tengo una fórmula para eso.
Ven aquí, tesoro, sal del armario.
Bueno, ¿qué te parece?
Desnuda como el papel para comenzar
pero en veinticinco años será plata,
en cincuenta, oro.
Una muñeca viviente, la mires por donde la mires.
Puede coser, puede cocinar
puede hablar, hablar y hablar.
Funciona, no tiene ni un defecto.
Ahí tienes un agujero, es una cataplasma.
Ahí una mirada, es un reflejo.
Chaval, es tu última opción.
¿Te casarías, te casarías, te casarías con ella?
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