No hace mucho en la presentación de una peli entrevistaban a su actor protagonista. En la primera pregunta, la de romper el hielo, querían saber la razón por la que eligió su profesión y la respuesta fue contundente: “porque siendo actor no tengo que elegir una profesión, puedo ser muchas cosas”. Tanto como escritor como haciendo reseñas, puedo afirmar que me pasa lo mismo. Soy escritor porque en cada novela cambio de entorno, de personajes y hasta de jerga, porque me veo obligado a investigar y aprender. Y reseñando, lo mismo puedo tener entre manos metal destructor que jazz fusión o, como en el caso de los Txerokee, punk-rock de toda la vida, rápido, divertido y con las ideas bien claras. One, two, three, GO!
[divider]A VIDA O MUERTE[/divider]
A vida o muerte. Un motor poderoso y un forcejeo con el dial de una radio, reminiscencia del Radar love de los Golden Earring, para dar el pistoletazo de salida a una locura. Locura en la batería, como un caballo desbocado, con esas guitaras, la rítmica grave y machacona, la solista a punto de incendiar el ampli. La voz, ronca o casi, contrasta con los coros, que berrean el Corre, corre, corre con la furia de un hooligan en un gol en el descuento.
Que nadie duerma. Tiene toques más roqueros, más a lo barricada, aunque en la base del riff y la voz me acuerdo también de los koma. Como siempre, estribillos potentes, de esos de hinchar las venas del cuello. Sin hacer grandes alardes técnicos, la batería hace unos redobles muy efectivos, que te llevan en volandas.
Un ciudadano ejemplar. Trallazos a la caja como una ametralladora y otra vez a correr. Si parpadeas te lo pierdes. Hacen un pequeño hiato para demostrar que tienen un charles con el que pueden jugar, un amago de recargar combustible. Puro espejismo. Para cuando arrancan las voces estoy sujetándome a la silla como un vaquero en un rodeo a lomos de un morlaco de mil kilos. Mucho plato en la parte rítmica, contraste de guitarra grave y punteo desgarrador y un toque a lo Narco en las voces. Hace ya unos años que dijo Quevedo aquello de: poderoso caballero es don Dinero. Txerokee se preguntan: ¿Por qué al cabrón con dinero se le llama don Cabrón?
Antropocentro. Una versión enérgica del Iron man de Black Sabbath llevado a esa estrecha franja que separa el rock del punk. Han bajado un poco el tempo, lo que les da una densidad que casi los acerca al metal. Las guitarras, sin tanta velocidad, ganan contundencia, como ver un puñetazo en plena jeta a cámara lenta.
Regreso a las cloacas. Me estoy acordando de una de las grandes del rock, simple man de los Lynyrd Skynyrd en los primeros acordes. Vuelta a la distorsión, muy M.C.D. en no más punkis muertos (anda que no me he quedado afónico veces ni nada coreándola), pero más rápido. Un homenaje heterodoxo a Madrid en la línea de los Porretas.
Actitud. Ha tenido un arranque a lo S.A., otro espejismo, porque termina en una mezcla de power punk (jódete con las etiquetas) que se pasa como un relámpago.
Laboratorio. Cómo me estaba acordando de mis amigos Espectro Lobo en 20 balas. Dándole baquetazos a un cencerro y con un riff insinuado. Sin muchos ambages, batería a toda máquina, guitarras afiladas y, sobre todo, velocidad. 100% energía, como The Inductions que no hace mucho que pasaron por aquí.
Clase media. Estos son los que ganan 120.000€ al año, ¿no? Txerokee se anticipó a riverín. Un toque muy grande a It’s electric de los Diamond Head que, para los que somos de la vieja escuela pero no tan vieja, inmortalizaron MetallicA en el Garage Inc. Lo que sí que es punk es la letra. Golpea hasta que muera… golpea hasta que no puedas más.
Working class rocker heroes. Pasándome por el forro la diferencia de estilos, el comienzo batería-bajo recuerda a Motorhead en Overkill o, ya rizando el rizo, a los Placebo de The bitter end. Mucha energía, acelerador hasta abajo, guitarras poderosas y la voz un poco más sombría si cabe. Un juego de guitarra que usaban los Dikers hace unos años, en Sigo en pie, lo que da más empaque si cabe a los riffs.
Banda sonora. Última parada. Sin distorsión ni locuras en la parte de percusión. Acústico, toques a la caja con un aire marcial, como si estuviesen poniendo en guardia a los casacas rojas, y reforzadas con bongos. La voz retoma un protagonismo casi absoluto, y los coros tienen cierto aire a los de U2 en where the streets have no name, clásico inmortal que debería enseñarse en los colegios.
Increíble pero cierto. diez temas escupidos con furia en menos de treinta minutos, lo que da una dimensión de la velocidad que le han impreso al trabajo. Breve, pero intenso, contundente y con un mensaje muy claro que dar.
Para los conversos, enlaces de la banda. Elías, uno de sus cabecillas, es un gran tipo, de esos anfitriones que te hace sentir como en casa.
Disco completo: https://www.youtube.com/watch?v=vlB06…
(Full album) https://www.youtube.com/watch?v=eUHYg…
(lista de reproducción por temas)
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