Joe Bonamassa sigue con su cruzada particular de batir todos los records habidos y establecidos en cuanto a lanzamiento de discos. Bueno y yo en particular que me alegro ya que soy de los que disfruta con los trabajos del guitarrista. Debo decir que cuando tuve frente a mi la portada de su nuevo disco «Redemption» rápidamente pensé en los «Americana» de Ray Davies. Por un segundo cruzó por mi cabeza la idea de Joe Bonamassa cambiando de raíces, metido de lleno en los sonidos más asperos del country y sus leyendas. Pero no, tranquilos. Joe Bonamassa vuelve a centrarse en lo que mejor conoce y mejor se le da, el blues rock eléctrico en el que se convierte en su disco de estudio número trece y el tercero con material propio. Aún así esa portada no es fruto de la casualidad ni mucho menos. El guitarrista se ha rodeado de gente como Tom Hambridge, James House, Gary Nicholson, Richard Page y Dion Dimucci en unos lazos que le unen a Nashville. Grabado en varios estudios como los Blackbird Studios, Nashville TN, The Cave Australia, Sydney Oz… ha contado como músicos para este «Redemption» con Anton Fig, Michael Rhodes, Reese Wynans, Lee Thornburg, Paulie Cerra, Gary Pinto, Mahalia Barnes, Jade McRae, Juanita Tippins, Kevin Shirley junto a los guitarristas Kenny Greenberg y Doug Lancio. Bien, terminemos con tanto dato que podéis encontrar en cualquier parte y vayamos a lo realmente importante. ¿Como suena este Redemption?.
Con unos vientos fabulosos nos topamos de cara con «Evil mama» arropado por los coros femeninos y un sonido envolvente. Riff poderoso arropado por las trompetas convierte en un rock and roll acelerado de aires soul a «King Bee Shakedown». Una de esas canciones que pincharía si tuviese un programa de radio. «Molly O'» saca una vez más a la palestra el amor reconocido y difundido de Joe Bonamassa por Led Zeppelin.»Deep in the blues again» muestra a las claras el talento de este tipo, un fantástico blues sureños donde no debes perder detalles de su guitarra. Aunque vocalmente Bonamassa no lo hace nada mal y este disco los coros femeninos aumentan el buen trabajo sigo pensando que debería plantearse el fichar un buen vocalista que le diese ese plus a su música. Toca bajar revoluciones que no intensidad para meternos de lleno en «Self-inflicted wounds», una preciosa y sentida balada donde vocalmente cumple a la perfección pero no puedo evitar pensar como sería con por ejemplo Hughes a la voz.
«Pick up the pieces» posee un ritmo infeccioso de hechuras jazzisticas que te lleva a esa atmósfera llena de humo de cigarrillo y olor a whiskey con música en directo de cualquier club nocturno de New Orleans. «The ghost of Macon Jones» recupera el espíritu rockero para una canción con mucho groove. Tiramos de vuelta hacia el blues más característico del sonido Bonamassa y es que esa guitarra delata a «Just ‘cos you can don`t mean you should» que dicho sea de paso a mi me recuerda muchas veces y vete a saber por que a la etapa blues de Gary Moore. Aparece la slide para los sonidos fronterizos de «Redemption» (la canción) adornados por unos intensos coros femeninos que ayudan muchísimo en la grabación. Seguimos nadando en el río del blues eléctrico de factura más clásica con «I’ve got some mind over what matters» y la costumbre adoptada para la segunda mitad del disco de componer canciones con títulos larguísimos. «Stronger now in broken places» vuelve a tener cierto toque Led Zeppelin para esta balada donde voz y guitarra se mantienen como grandes protagonistas. Cierra el disco «Love is a gamble» y pone punto y final a esta nueva obra de Joe Bonamassa.
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