Algunos de los integrantes de la banda Nothing, han formado el fabuloso grupo Death Of Lovers, sumando a su sonido los teclados de CC Loo, lo que ha supuesto un cambio en el estilo de música que venían haciendo con su otra formación hacia un sonido más positivo, aunque siempre mezclado con una melancolía que da a este disco The Acrobat, un tono post punk británico de los ochenta que a los nostálgicos os hará disfrutar un montón.
Después de su debut con el EP Buried Under A World Of Roses, de sonido shoegaze, la banda compuesta por Nick Bassett, CC Loo, Domenic Palermo y Kyle Kimball han conseguido un trabajo melódico, dotado de una sencillez que hace realzar todas las melodías, las cuales están unidas por un halo de tristeza que transmiten de manera magistral.
El disco comienza con la estupenda Orphans Of The Smog, un salto hacia atrás en el Delorian para bajarnos en medio de la época dorada del post punk, en la que las guitarras llevan todo el protagonismo pero de manera discreta. Es la melodía más positiva del disco y de una calidad espectacular.
Con Here Lies comienza el viaje melancólico por el debut en LP de los de Filadelfia. Una canción que no abandona la sencillez y que acerca, a través de sus coros a esa tristeza inmanente que supura este álbum. Ursula In B Major, es otro bombazo post punk, un estallido de las guitarras incial y la canción ya forma parte de ti para siempre, con esa batería electrónica y el secuenciador haciendo las veces de bajo sintético.
Subimos el ritmo con The Lowly People, una cuarta canción melódica, en la que la batería acompaña a la voz, para dejar paso al teclado que forma la melodía central. Seguimos inmersos en los años ochenta, hemos caído en un bucle del tiempo que nos hace comprender que estamos ante una Perfect History. Otra canción más rítmica que mantiene la calidad con el bajo y la guitarra como protagonistas. Cambios muy sutiles en la utilización de los instrumentos que impregnan de matices distintos a cada canción que se sucede.
Quai d’Orsay suena más americana, sobre todo en el riff inicial. Incluso veo semejanzas en el ritmo a las canciones de post punk español. Divine Song es la balada del disco, una canción más larga que comienza con el bajo y un teclado que entra marcando el ritmo de lo que va a ser toda la melodía, al que se le une la batería. Finalmente, nuevo hit post punk, la maravillosa The Absolute con la que terminamos el viaje. Una melodía de la que cuesta despedirse, con ese sabor genuino a los ochenta y unos melancólicos coros que centran la canción, la cual finaliza con un espectacular saxofón imprimiendo en ella una calidad desbordante.
Un buen trabajo el de Death Lovers, atemporal y dinámico. Si echas de menos los años ochenta, este es tu disco del 2017.
0 comentarios