Debut en solitario de uno de los tipos más inquietos del panorama sueco, un, digamos, ‘secundario’ de lujo que ha colaborado en mil y un proyectos tales como Masticator, Deathwitch, Dungertaget, Thunder Express, Tomahawk, los dos primeros discos de Imperial State Electric y muchos otros más. Pero es que además ha hecho acto de aparición como ‘guest star’ en buen porrón de discos tales como el High Decibels de ’77, los debuts de Mary’s Kids, Dregen y Necronaut además de dejarse ver también con The Datsuns, Black Trip y otros tantos que se me escapan pues la lista es bien larga. No podía dejar pasar por más tiempo la carrera del sueco Robert Pehrsson, un músico como la copa de un pino con un gusto y una sensibilidad musical de calidad 5 estrellas.
Ponle banda sonora a la lectura y ‘enviale mi amor’…
Para el flamante segundo disco de Robert, se ha hecho acompañar (al igual que en el primero) de colaboradores de auténtico lujo en el rock’n’roll sueco entre los que destacan tanto el mismísimo Nicke Andersson, que ha co-escrito casi todos los temas con Pehrsson (además de tocar también bajo y batería) como Joseph Toll de Enforcer y Andreas Axelsson (Edge Of Sanity, Marduk…). También se han añadido a esta ‘all star band’ en el estudio algún que otro Imperial, gente ex-Hellacopter y de Tribulation y paro ya de picar nombres porque esto sería interminable…
Y con estos mimbres no podía salir nada normalito, el ‘100%’ que le colocado no es a la ligera, ¡ni mucho menos!, porque este disco es muuuy grande, con una portada sobresaliente y unas canciones inconmensurables, irresistibles, superiores. Ha tardado en llegar la reseña pero, como siempre me pasa con los discos que me llegan bien adentro, no puedo soportar darle dos o tres escuchas y pasar a otro porque tengo la sensación de perderme matices, detalles y momentos que en escuchas rápidas no puedes llegar a captar.
Está claro claro que a lo que primero recuerda el sonido de Robert es al trabajo de guitarras de Thin Lizzy y a las composiciones Hard Powerpop de Phil Lynott pero aquí también vemos la estela de los Imperial State Electric más inspirados, por otra parte más que justificada, y el sonido glam de Detroit con muchos guiños a Kiss y mucha fijación en concreto por los agudos de Paul Stanley. Con temas como el inicial «Send Her My Love», el muy Police en los fraseos «Zero Emotion», el más intimista «Pretender» y el inconmensurable «The Hollow Of A Rising Tone» ya justifican de por sí la apasionada escucha de un trabajo tan inmenso como efectivo, tan intenso como emocionalmente adictivo con ‘twin guitars’ por todas partes, inspiración compositiva, muy buenos estribillos y unas melodías que se adhieren a tu alma desde el primer instante, te lo aseguro
Aquí la prueba…
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Y aquí otra…
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