Corea, durante la invasión japonesa de principios del siglo XX. La joven Sookee entra al servicio de una rica mujer japonesa, Hideko, que vive recluida en una gran mansión bajo el control de su tío. Pero todo obedece a un elaborado plan de un estafador que desea hacerse con la fortuna de Hideko.
Con esta premisa el singular director Park Chan-Wook nos ofrece otro ejercicio de insanas relaciones humanas con forma de película. Ya nos dejó helados con filmes como Oldboy o Thrist y La doncella no es más que otra vuelta de tuerca en su ya de por sí enrevesada manera de entender el cine. Chan-wook es un maestro del cine con todas las letras, capaz de sumergirnos en esta turbia historia que no nos deja ni un segundo de tranquilidad en sus casi dos horas y media. A su ya peculiar forma de afrontar las relaciones de sumisión y dominio entre los personajes , Chan-woon añade ahora el perturbador elemento del erotismo. Ya sabemos el erotismo es algo muy subjetivo y que subyace en la mente de cada espectador. Aquí es un elemento más de la trama que viene a completar la ya compleja relación que se establece entre los personajes. El sexo es aquí un elemento clave, Chan-woo no nos ahorra escenas de cama, todas ellas rodadas con maestría, y va un poco más allá de lo que era de esperar. Esa manía de empujar los límites de lo admisible y previsible por el espectador es una de las premisas del cine de esta autor. Le pide al espectador que se deje lleva por su insana historia y que no imponga límites, sólo así puede uno disfrutar de las propuestas de este director.
Reconozco que el film me enganchó primeramente por la belleza de sus imágenes y que entré en su juego sin darme cuenta. Chan-woo juega con el espectador, le oculta información y hace trampas para elaborar su complejo castillo de naipes. Nada es casual ni nada ha sido dejado al azar. Nada falta ni nada sobra en esta historia que entretiene y sorprende durante todo su metraje. Chan -Woon demuestra ser un gran director de actores y saber mover la cámara y planificar escenas como muy pocos. A mí me gustó su propuesta una vez más, pensaba que Park Chan-woon estaba de capa caída tras su aventura en Hollywood pero veo que el regreso a su tierra le ha servido para coger fuerzas. Es evidente que una historia así de malévola nunca se podría haber rodado en Hollywood.
Lo dicho, la doncella es un film insano y perverso que vale la pena.
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