“Soy un truhan, soy un señor, algo bohemio y soñador. Y es que yo amo la vida y amo el amor”. No se me asusten, Mr Zimmerman aún no ha llegado hasta el punto de convertirse en el Julito Iglesias americano, aunque a lo mejor a las puertas de ser un octogenario su sueño más húmedo sea el ser el cantante de algún viejo casino de las vegas.
Allí podría dar rienda suelta a sus fantasías musicales, desgranar el cancionero crooner que más le gustara, y porque no, arrancarse con algún que otro bolero. Sería un final digno, no le veo nada denigrante, es más me parece que este disco Fallen Angels es la perfecta continuidad al Shadows in the night, que dejo descolocado a los que aún sigue esperando otro Highway 61. Dylan es único para hacer suyas algunas composiciones sea del repertorio que sea, y por lo visto lo de reinterpretar “standars” americanos se le da de fábula.
Ahora le toca el turno a clásicos del jazz “Young at heart”, “Maybe you’ll be true”, “All the way”, “On a little street in Singapore”, etc…. evidentemente respaldado por sus guitarristas Dean Parks, Charlie Sexton y Stu Kimball, el jefe de la banda; el bajista Tony Garnier; George Recile tras los parches y como no el “pedal steel” de Donnie Herron. También una sección de viento dirigida por James Harper que otorga al conjunto aún más credibilidad y sabor añejo. La mayoría de las composiciones están firmadas por Johnny Mercer y Harold Arlen, dos leyendas que solo Estados Unidos ha dado a luz, compositores que han escrito parte de la música de américa junto a Cole Porter y/o George Gershwin. Cancionero que han acunando numerosas familias norte americanas a comienzos del siglo XX y que al igual que Dylan han sido la banda sonora omnipresente de muchos.
Todos los temas fueron anteriormente interpretados por Frank Sinatra, salvo “Skylark”.Doce temas clásicos que como siempre el maestro nos ofrece su visión, su manera única de restructurar temas conocidos; ¿y quienes somos nosotros para dictar el camino al profeta? Al que no le guste que pase camino y no se pare a despotricar; ¿con qué derecho se puede criticar a alguien que ha cambiado la historia de la música, al igual que Elvis, Chuck Berry y/o Miles Davis? Por ello no puntuare este disco, quien soy yo para darle nota al maestro, si el disco me gusta, lo disfrutaré, si no te gusta no lo escuches, pero en ninguna caso es un trabajo fallido, y Dylan está por encima del bien y del mal, aunque le cueste a algunos entenderlo. Este trovador siempre ha permanecido activo, ofreciendo diversas facetas de su paleta musical, siempre con dignidad. Siempre en la carretera, con disco nuevo bajo el brazo para ofrecer a sus fieles, nada de recurrir a un viejo disco de éxito para poder llenar estadios como otros.
En definitiva Bob Dylan es un romántico, un soñador, por eso nos ofrece este Fallen Angels, aterciopelado, haciendo suya cada nota. Y amigos, este es su el trigésimo séptimo trabajo, se dice rápido, pero a ver cuántos otros consiguen esta suma sin caer antes.
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