Los mockumentary se han convertido en uno de mis subgéneros favoritos dentro del terror, y además, esta vez, reconozco que la historia es muy interesante, pues está basada en un hecho real, un autentico misterio en los tiempos de la U.R.S.S.: el incidente del paso Dyatlov. Por si no lo sabéis, en 1959 nueve esquiadores soviéticos deciden subir en Los Urales, a la montaña Jolat Siagil, a la que la tribu local llamaba la montaña de los muertos.
Los nueve excursionistas murieron de una forma extraña que aún no ha podido ser esclarecida, y tomó el nombre del Paso Dyatlov porque el líder de la expedición era Igor Dyatlov. Estaban preparados, pero cuando fueron a buscarlos, los encontraron diseminados, sin ropa de invierno (la tesis oficial fue muerte por hipotermia). A uno le faltaba la lengua y parte de la cavidad bocal; otros tenían hematomas internos, como si hubiesen sido atropellados: costillas o cráneos destrozados. En otro se encontraron altas mediciones de radiación…. y además, las tiendas estaban cerradas y rasgadas desde dentro, como si hubiesen sido presa del pánico, y hubiesen huido despavoridos.
La expedición, en principio, se componía de diez personas, pero Yuri Yudin se sintió mal el primer día y tuvo que volver, lo que le salvó la vida. Si a todo el misterio que puede suscitar la muerte de los excursionistas, le añadimos la opacidad soviética de la época, se crea un caldo de cultivo óptimo para las teorías de la conspiración. Se ha hablado de extraterrestres, pero quizás la más aceptada, y posiblemente acertada, habla de un experimento militar que se le escapó de las manos al ejército soviético, aunque algunas fuentes también apuntan que el guía de la expedición, Alexander Zolotarev, tenía contactos con la KGB, y estaba allí con una misión que iba más allá de guiar al grupo en su expedición. Si queréis información más detallada, podeis visitar este blog La Realidad Oculta o ver un documental sobre el caso en youtube.
Bueno, voy a centrarme en la película. Ya sabemos o intuimos, que va a ser complicado que algún mockumentary nos cambie la vida. Eso ya lo hicieron la seminal Holocausto Canibal y, por supuesto, La bruja de Blair. Pero, como he dicho otras veces, a mí me siguen gustando mucho, y la gente tiene que ser consciente de lo que se sienta a ver. Se supone que es la realidad captada en una cámara, lo que induce a que a veces se puedan hacer lentas.
El problema surge cuando se vuelven desesperantes. En este caso, a pesar de que se documenta muy bien el viaje, incluso centrándose en partes que pueden ralentizar el desarrollo, a mí ha conseguido mantenerme interesado en todo momento. Voy con el argumento, sin destrozar nada: 5 estudiantes universitarios norteamericanos, deciden investigar el incidente Dyatlov. Para ello, consiguen una beca para trasladarse a los Urales y repetir la fallida expedición, dejando constancia documental de todos sus pasos.
Lo cierto es que imitan en todo lo posible el viaje de la expedición soviética. Cuando llegan a la localidad de Ivdal, paran en el mismo bar donde lo hicieran Dyatlov y sus compañeros en el 59. Toman el mismo licor artesanal que tomaron estos y, al igual que a los rusos, un camionero los acerca hasta donde deben comenzar su investigación de campo. La nueva expedición trata de hablar con Yudin, el único superviviente, pero se lo impiden (echando más leña al fuego de la conspiración), pero sí consiguen hablar con una de los miembros del equipo de rescate. Todo esto lo sabemos porque, al igual que sus antecesores, el equipo norteamericano desaparece, y el grupo de rescate encuentra la cámara de vídeo que quedará en poder de las autoridades rusas, evitando su difusión pública (más leña al fuego).
Pero amigos, estamos en el siglo XXI, en la era de Wikileaks, así que unos hackers se hacen con la grabación y la cuelgan en su web, para que todos sepamos lo que ha pasado en el paso Dyatlov. He leído críticas que se ceban con la parte final, donde echa a andar toda la fantasía de los guionistas, y sí, quizás sea algo fantasiosa, pero es que esto es una película, ni más ni menos. Y a fin de cuentas, puestos a especular, ¿por qué no?
Buena película, entretenida, más aún para fans del mockumentary como el menda, y para aquellos interesados en misterios como aquel incidente en los Urales, silenciado por los soviéticos (que igual hubiese pasado de ser en los States o en otro lugar, a fin de cuentas, esto funciona todo igual en todos lados).
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