Con la noticia de la vuelta de Bob Dylan a tierras Españolas este verano, nada mejor que seguir profundizando en la historia de este genio, y ahora, tras los dos primeros capítulos, toca hablar de The Times They Are a-Changin´ que es el nombre de su tercer disco de estudio, y aunque fue publicado en 1964, sigue estando de actualidad, ya que los tiempos siguen en un constante cambio, aunque sin un rumbo claro fijo, pero volvamos a la música, que al fin y al cabo es lo que nos interesa ahora.
Este es el primer álbum de Dylan compuesto exclusivamente de composiciones propias y, en mi opinión, primera obra maestra de su larga y tortuosa carrera. Es un disco comprometido con todas las causas sociales en las que se identificó el período de los años sesenta.
Producido por Tom Wilson, The Times They Are a-Changin´ fue disco de oro al poco tiempo de su lanzamiento. En una primera sesión fueron grabadas ocho canciones, entre las que figuran “North Country Blues” y “Seven Curses”, y en una segunda, otras cuatro: “Ballad of Hollis Brown”, “With God on Our Side”, “Only a Pawn in Their Game” y “Boots of Spanish Leather”.
Hubo una tercera sesión y tres de sus grabaciones, “Paths of Victory”, “Moonshine Blues” y “Only a Hobo”, fueron utilizadas para el The Bootleg Series Volumes 1-3. Tras una gira junto a su amiga Joan Baez, Bob volvió al estudio donde grabó “The Lonesome Death of Hattie Carroll” y “When the Ship Comes In” junto a “Percy’s Song”, aunque esta última fue desechada y publicada veinte años después en la caja Biograph.
En una nueva sesión, la quinta, verían la luz obras maestras de la talla de “The Times They Are a-Changin’”, “One Too Many Mornings”, “Lay Down Your Weary Tune”, “Eternal Circle” y “Suze (The Cough Song)”, pero estas tres ultimas fueron omitidas para aparecer de nuevo en The Bootleg Series Volumes 1-3.
La sexta y última sesión se centró en una única canción, “Restless Farewell”, que toma su melodía de una canción irlandesa, “The Parting Glass”, y es que a lo largo de su carrera, a Dylan siempre le ha gustado tomar prestadas melodías de la isla esmeralda.
Como siempre, de todas estas sesiones se produjo un excedente de canciones, y es que, no olvidemos, la producción de Bob Dylan en composiciones era increíble por aquel entonces. De “Lay Down Your Weary Tune”, The Byrds hicieron una versión para su disco, Turn! Turn! Turn! y de la segunda, “Percy’s Song”, mis amados Fairport Convention incluyeron su versión en su maravilloso álbum Unhalfbricking.
Dylan también grabó demos de varias canciones del álbum, conocidos como The Whitmark Demos. Dichas demos se hallan en circulación en colecciones privadas, pero en una búsqueda exhaustiva por la red se puede encontrar con facilidad, aunque seguramente Dylan las sacará tarde o temprano en su larga serie de cajas llamadas Bootlegs Series.
El 22 de noviembre de 1963, a las 12 y 30 minutos, John F. Kennedy, era asesinado en Dallas, Texas. Aquel suceso perturbó a Dylan que poco después escribió: “no hay derecha o izquierda, sólo hay arriba y abajo”. Poco después del asesinato de Kennedy, Bob fue premiado con el premio Tom Paine por su contribución al movimiento de los derechos civiles.
“The Times They Are a-Changin’”, la canción homónima al titulo del disco es, para siempre, una de las canciones protesta e icono de muchos movimientos generacionales de los sesenta. Sin embargo, Dylan contradijo esta interpretación diciendo: “Esas fueron las únicas palabras que pude encontrar para separar la vida de la muerte. No tiene nada que ver con la época.” Como siempre, Mr Zimmerman, siguiendo su carácter de dejar claros sus pensamientos y no dejar a nadie hablar por el mismo: «No puedo decir que los adultos no entienden a los jóvenes como se puede decir que los peces grandes no entienden a los peces pequeños. «The Times They are a-Changin´» no es una declaración, es un sentimiento” volvió a afirmar.
Tony Glover, un amigo de Dylan, vio una copia de la canción, y tras leer el párrafo que expone, “venir senadores, congresistas, por favor haced caso a la llamada”, Glover preguntó: “¿Qué es esta mierda, hombre?” a lo que Dylan le alegó: “Bueno, tú lo sabes, parece que es lo que a la gente le gusta escuchar”.
En 1996, Dylan dejó que el Banco de Montreal usase la canción en su campaña publicitaria; otro típico corte de manga a todos sus veneradores que quieren ver en él al mesías.
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