Ahora tocaría decir que esta segunda entrega de Divergentes, igual que su predecesora, no es más que cine para adolescentes. También que milita en una división inferior a la aclamada Juegos del Hambre. Evidentemente tocaría subrayar que Shailene Woodley no le llega a la suela de los zapatos de Jennifer Lawrence, y como no que sus acompañantes no dan la talla, y que lo único a destacar de la película es la interpretación de Miler Teller.
De todas maneras siempre es interesante recordar que los juegos distópicos, esos que nos parecen sólo para adolescentes, no son nuevos, y siempre es interesante recordar que en 1976 Michael Anderson ya nos propuso un futuro perfectamente planeado que acabó teniendo alguna que otro arista y de las que tuvo que salir por piernas el entonces jovencito Michael York en la más que aclamada, y con toda la razón del mundo, La Fuga de Logan, de la misma manera que Thorn, encarnado por Charton Heston, en compañía del gran Edward G. Robinson, acaban descubriendo la realidad de Soylent Green. Sí, las diversas recreaciones de futuros posibles no son nuevas, y aquí, tanto en los juegos como en las divergencias, la única diferencia es que los han pasado por el chapista made in S.XXI para dotarlos de un empaque más cercano a las nuevas generaciones.
Un empaque más cercano en el que se hace imprescindible la presencia de una heroína encargada de traer la liberación a ese pueblo sometido a las necesidades del poder establecido, y que aquí, en esta saga creada por Veronica Roth, ese papel recae en la piel, y en las lágrimas, todo hay que decirlo, de Shailene Woodley que por carecer de ese glamour que de vez en cuando te conceden desde Hollywood, de la más que sobrevalorada Jennifer Lawrence, cada vez más plana en su personaje de Kathis Everdeen, parece que está condenada a militar en una liga inferior, pero, y lo siento por esa legión de seguidores que tiene la Lawrence, su sencillez a la hora de afrontar el reto de dar vida a Tris, y más ahora que en esta segunda entrega ya ya se encuentra más libre a la hora de lidiar con su personaje de heroína, hace que, lágrimas incluidas, haya dado un paso adelante y sea ella quien ahora vea por el retrovisor a Kathis.
Y sí, una vez aislamos Tris y nos fijamos en el resto, aquí si que empiezan los verdaderos problemas de Insurgente, y es que alguien le tendría que explicar a Kate Winslet que con saber llevar bien su vestido no es suficiente para encarnar a la oponente de Tris, y ella, que es la principal baza para dar un empaque de primera división a la cinta, acaba siendo uno de los grandes puntos flojos de la película. Lejos, muy lejos queda su encarnación de la malvada Jeanine de, y eso también es normal, ya que el gran Donald Sutherland con poco se basta para crear a un grandioso Snow. Lo de Naomi Watts mejor lo dejamos, ya que se limita a que su nombre aparezca en el cast de la película, y a pasar por caja para cobrar imagino un más que suculento cheque. Ahh, Naomi, no tendrás vidas para agradecer a Lynch que te ofreciera el doble papel en Mulholland Drive!!
Y el resto de secundarios, excluyendo claro está las contadas apariciones de Ahsley Judd, se limitan, Miles Teller incluido por mucho que después de su consagración en Whiplash le haya hecho metido de golpe en esa reducida estancia de intocables, a cumplir, y es que su interpretación es tan plana como pueda ser la de Theo James, sólo por poner un ejemplo.
Y una vez comentado todo lo anterior no resultará demasiado complicado intuir que si bien no estamos ante una de esas películas como las anteriormente citadas La Fuga de Logan o Soylent Greeen que por muchos años que pasen siempre estarán en la mente de cualquier cinéfilo que se precie, esta segunda entrega de Divergente, una vez ya realizadas las presentaciones tanto de personajes como de reparto en esa sociedad que se nos plantea, y a la espera de su conclusión, nos plantea un entretenimiento visual que se deja ver la mar de bien, y los momentos, largos por otra parte, de la simulación final están realmente logrados. Sí, Insurgente no pasará a la historia como un producto a tener en cuenta al hablar de Ciencia Ficción, pero acabará siendo un más que aceptable producto de consumo rápido para estos días de descanso. Exactamente al mismo nivel que los Juegos del Hambre.
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