En su segundo trabajo, la banda donostiarra Overloud mejora sonido y composiciones con respecto al primero. Altered Ego suena, definitivamente, a la ola de sleazy rock que arraso en el Sunset Streep a finales de los ochenta. Hasta cierta presumible falta de medios juega a su favor, pues las canciones que lo componen se ganan el toque callejero y macarra que un refinamiento en el estudio se cargaría.
Altered Ego funciona gracias a algunos trallazos a la altura de los clásicos, repletos de la latente pandereta, el cencerro y los coros que hacen imposible no caer rendido ante trallazos como «Swallow My Love», o «Girl Of Misery», cortes que hasta lucen el característico crescendo de tono final justo antes de estallar estribillos encadenados y golpes de batería matadores. Puro hard rock angelino.
Ciertamente, la banda parece surgida de las cenizas de una escena devorada por las nuevas tendencias, un revival, como el que forman bandas como Hardcore Superstar o Crashdiet. Overloud, en cambio, suenan menos suecos y más auténticos. «Lock ‘Em Up», o el medio tiempo «Cry On My Shoulder», cuentan con las mismas virtudes y defectos que hicieron del género lo que fue. Recuerdan no sólo a Motley Crue, sino también a bandas como Heaven’s Edge o Nitro.
Canciones que en directo serán bombas, las hay para dar y tomar: «Homeless», «Runnig Fast» o «Tonight». Las más conseguidas, dinámicas y pegadizas, compensan a las menos, y así, el disco se desarrolla a un ritmo regular, sin altibajos importantes. Juega en su contra, desde mi punto de vista, la extensión; las propias imposiciones del género hacen que, tras catorce canciones aflore la sensación de tedio entre los menos fans del estilo. Sin embargo, la calidad media de las mismas hará gozar a los más. Si eres uno de ellos, ni te lo pienses.
Guitarras afiladas, voces de moteros y coros de taberna. El sonido de las fiestas, los camerinos y la diversión de la decadencia, sin complejos. Esto son Overloud, y pueden estar contentos de haberlo plasmado de forma muy decente en Altered Ego, llenando un hueco importante en el rock peninsular.
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