El segundo disco de los Allman Betts Band esta aquí, enfundado en una carpeta roja, orgullosos de ser el grupo de los vástagos de dos figuras del rock sureño. Ataviados como forajidos salidos de una película de Sergio Leone, intentan llevar ese espíritu a su nuevo trabajo. Si a los que el primer disco les pareció una burda copia sin nada que aportar, pasen de largo de su segundo trabajo, seguirán opinando lo mismo o peor. Pero si eres de los que le gustaron o se entusiasmaron, estas de enhorabuena y vas a disfrutar, y es que The Allman Betts Band hay que verlos, oírlos y sentirlos como la digna herencia y continuidad de los Allman Brothers y punto.
Y que mejor que sean los propios hijos de Gregg y Dickey los artífices antes de una cutre banda de versiones que deshonraría un repertorio glorioso. ABB comparten hasta las mismas siglas y el mismo espíritu al 101%; y si muchos sienten que son tan solo una buena banda que imita a los Allman Brothers, que pasen de largo, y es que posiblemente nunca entendieron realmente el concepto de la música y los valores que querían Duane y Gregg al formar los Brothers. Ademas, esta vez es mas que evidente la continuación musical y filosófica plasmada en el instrumental con consonancias jazz de 12 minutos de duración y titulado “Savannah’s Dream”. Aquí todo es exactamente como hubiese sido un tema en un nuevo discos de Gregg y Duane! ´¿Donde esta el problema? Es lo que queremos escuchar los que amamos a los Allman, no queremos ninguna otra “mierda” que la que podemos escuchar aquí.. .buena mierda!
Si buscan que hagan otro estilo de rock o Pop o lo que quieran, busquen en otro sitio y déjense de criticas inútiles sin razón. ¡Que felicidad que dos descendientes de los Allman Brothers, bueno en realidad tres con el bajista Berry Duane Oakley, hayan recogido el testigo de sus padres y sigan con la aventura! Por si fuera poco el material original honra la herencia a la que están inexorablemente vinculados, hasta Oakley toma la voz principal y coescribe la espacial “The Doctor’s Daughter” , por lo que la banda puede ofrecer tres voces distintas para cantar sus composiciones.
Algunos temas pueden pecar de ser demasiados largos, pero que diablos los Allman eran Southern pero también los padres junto a los Grateful Dead de las Jam Band, y con el espíritu siempre puesto en los largos desarrollos del Jazz. No falta la slide en temas como “Carolina Song” y en el blues “Should We Ever Part”, tocado con maestría por un Johnny Stachela muy inspirado al mas puro estilo de Duane Allman. Tampoco faltan más ingredientes para que el disco sea muy diverso a pesar de seguir una linea muy definida, cortes mas duros y oscuros como “Pale Horse Rider”, la balada melancólica con “Southern Rain”, los temas más “bluesy” como “Magnolia Road” y “Airboats and Cocaine”, “Ashes of My Lovers” de Betts, que se va afirmando como compositor cuenta con la enorme armónica de Jimmy Hall.
En definitiva,una delicia. Nada nuevo a la vista, pero es algo que agradezco, ya que lo que espero escuchar de esta unión es el espíritu Allman, y eso si que esta bien patente.
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