Anne Sexton es una conocida poeta estadounidense que se suicidó a los 45 años, dejando tras de si, una importante obra poética. Su estilo, el confesional. Algo que puede verse perfectamente en el poema que os traigo hoy. Un poema que es un viaje por la vida. Y no hablamos de una autopista, si no de una carretera comarcal con curvas y baches. Avisados estáis.
Courage
The child’s first step,
Coraje
Es en las pequeñas cosas donde lo vemos.
El primer paso del niño,
tan grandioso como un terremoto.
La primera vez que montaste en bicicleta,
tambaleándote por la acera.
La primera paliza cuando tu corazón
se fue de viaje solito.
Cuando te llamaron llorica
o pobre o gordo o loco
y te convirtieron en un extraño,
bebiste su alucinógeno
y lo ocultaste,
después,
si afrontaste la muerte entre bombas y balas
no lo hiciste con una bandera,
lo hiciste sólo con un sombrero para
tapar tu corazón.
No acariciaste la debilidad dentro de ti
aunque estuviese allí.
Tu coraje fue una pequeña brasa
que tragabas una y otra vez.
Si tu compañero te salvó
y murió haciéndolo,
en ese caso su coraje no fue coraje,
fue amor; un amor tan puro como el jabón de afeitar,
más tarde,
si has soportado una gran desesperanza
entonces lo hiciste tú solo
recibiendo una transfusión del fuego,
recogiendo las costras de tu corazón,
así, lo estrujaste como un calcetín.
Luego,
paisano mío, espolvoreaste tu dolor,
le diste un masaje de espalda,
y seguidamente lo cubriste con una manta
y después de haber dormido un rato
se despertó por las alas de las rosas
y se transformó.
Más adelante,
cuando enfrentes la vejez y su conclusión final
tu coraje aún se mostrará en pequeñeces
cada primavera será una espada que afilarás,
aquellos a los que amas vivirán en una fiebre de amor,
y negociarás con el calendario
y en el último momento
cuando la muerte abra la puerta trasera
te pondrás tus zapatillas de felpa
y con paso largo, te irás.
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