La primera vez que escuché el disco «tooth and nail» casi me caigo de espaldas y la guitarra de George Lynch tuvo la culpa. Conseguían ese equilibrio nunca demasiado sencillo entre la potencia y la calidad. Luego se marcaron un «Under lock and key» que les subió a los altares aunque para mi siempre sonó un poco más descafeinado que «Tooth and nail». Aún así me sigue pareciendo un gran disco. El siguiente «Back for the attack» volvió a recuperar a esos Dokken guitarreros y marcó una trilogía para guardar eternamente. Pero Dokken además de una gran banda era una fuente continua de lios y problemas. Los desacuerdos entre Don y George eran evidentes y públicos. Don quería tocar la guitarra en los discos y George se negaba. George deseaba que Mick o Jeff cantasen alguna canción a lo que Don decía que no (aunque Mick terminaría cantando en el disco «Erase the slate» una versión, eso si). George quería largar a Don pero que la banda se siguiese llamando Dokken. Les ofrecieron participar en la B.S.O. de Pesadilla en Elm Street y Don se presentó con una canción y Jeff, Mick y George con otra… en fin, que daría para escribir un libro la relación interna de la banda. Al final cada uno terminó tirando por su lado y aunque hubo reconciliaciones varias (excepto George Lynch que se resistió hasta hace no demasiado) la cosa no llegó nunca a fluir como antes.
Por su parte George Lynch en solitario si que ha ido sacando muy buenos discos con sus Lynch Mob, donde Jeff y Mick aparecían alguna que otra vez y el bajista y batería también han sacado algún proyecto junto. En fin, que de una manera u otra, los cuatro siempre han seguido relacionado. Ahora George, Mick y Jeff se vuelven a reunir con estos The End Machine y como vocalista se apunta a la movida Robert Mason actualmente en Warrant y que también ha cantado en Lynch Mob por lo que el círculo sigue cerrado. A priori nos encontramos con una banda enorme, grandes músicos y experiencia en cantidad. Mi única duda es que quisieran sonar como Dokken, algo que no suele funcionar porque la voz de Don, a pesar de sus limitaciones que son muchas, es marca inconfundible. Pero a medias va la cosa. Es lógico que cuando George se junta con sus compañeros de correrías su forma de tocar esté presente pero por suerte Mason que es un gran vocalista es capaz de llevar las canciones a su terreno.
Puestos a comparar este disco de The End Machine está mucho más cerca de The Lynch Mob que de Dokken y yo lo agradezco, en serio. Si esperabas encontrar una versión actual de Dokken te llevarás un chasco. Olvidalo y disfruta de un Lynch en plenas facultades que sigue siendo ese guitarrista excesivo, aunque aquí está algo más contenido con sus solos inconfundibles. Es justo señalar la labor de Mason, otro de esos grandes vocalistas que atesora el hard rock. Si, hay momentos a lo Dokken como en «Bulletproof» pero no deja de ser más que parte del sonido de este álbum. No se lo que durará el invento, si serán capaces de afianzarse y a pesar de los mil proyectos en los que andan metido sobre todo la sección rítmica nos irán regalando discos de manera continua. Por lo pronto, a disfrutar este disco homónimo lanzado por Frontiers que a mi me ha dejado un gran sabor de boca.
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